El rey Abdalá de Arabia Saudí falleció a los 90 años, a causa de una neumonía. Se encontraba hospitalizado e intubado desde el pasado 31 de diciembre. Su avanzada edad y sus frecuentes hospitalizaciones alimentaban regularmente los rumores sobre el futuro del reino saudí, aliado de Washington y de los occidentales en la lucha contra los yihadistas de Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) y Al Qaeda.

Su muerte se produce con la escena de fondo de la siniestra rivalidad entre ISIS y Al Qaeda, y el derrumbe de los precios del petróleo con controversia en la OPEP y división sobre el impacto de ventajas y efectos negativos en la economía mundial.

El príncipe Salman, de 79 años, le sucede en el trono del primer país exportador de petróleo, clave en Oriente Medio. Ya ocupaba desde 2012 los cargos de viceprimer ministro y titular de defensa. “Con gran tristeza, su alteza real, el príncipe heredero Salman Ben Abdel Aziz Al Saud, y todos los miembros de la familia y la nación expresan sus condolencias al Guardián de las dos mezquitas sagradas, el rey Abdalá Ben Abdel Aziz Al Saud, que falleció el viernes”, anunció la televisión estatal tras recitar una oración del Corán. Será enterrado este viernes "después de las oraciones de la tarde".

Abdalá llegó al trono tras la muerte de su hermanastro, el rey Fahd, en 2005. Aunque,en realidad, estaba al frente de los asuntos de Arabia Saudí desde que Fahd sufriera un derrame cerebral en 1995. Logró contener las amenazas de Al Qaeda y mantener alejadas las convulsiones de la Primavera Árabe.

En un principio apoyó a los regímenes autocráticos de Túnez y Egipto frente a los levantamientos populares que acabaron por derrocarlos. Pero ofreció apoyo material a los rebeldes en Siria y se esforzó en recomponer las vapuleadas relaciones con el nuevo poder egipcio.
 
Por otro lado, no dudó en enviar tropas para reprimir duramente el levantamiento prodemocrático chií contra la monarquía suní en Bahréin, su aliado en el golfo Pérsico.

Tras los atentados del 11-S, la alianza histórica de Arabia Saudí con Estados Unidos sufrió un serio golpe al conocerse que 15 de los 19 secuestradores eran saudíes. Tampoco gustaba en Estados Unidos los pocos derechos de las mujeres saudíes, en especial la prohibición de éstas a conducir. En este 2015 al menos les concedió el derecho al voto en las elecciones municipales.

El presidente Barack Obama le rindió homenaje como un “valioso amigo” y como un líder “sincero” que dio "pasos valientes" tras el objetivo de lograr la paz en Oriente Medio. El presidente de Estados Unidos destacó la firme defensa del rey Abdalá de la importancia de colaboración entre las dos naciones para la estabilidad en Oriente Medio.

"Su vida abarcó desde antes del nacimiento de la Arabia Saudí moderna hasta su papel actual como fuerza clave en la economía global y como uno de los países líderes del mundo árabe", añadió Obama. La sucesión de Abdalá, apuntaron especialistas a Hechos de Hoy, puede abrir esta vez un cambio de sensibilidades en la Casa Saud.