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MIEDO CONSTANTE

La molécula que da pistas sobre el origen de los trastornos de ansiedad

Experimentar un prolongado y exagerado temor podría deberse a la implicación de la interrupción de un cambio gradual de los circuitos del cerebro para recuperar recuerdos del miedo.

Hechosdehoy / Carmen Rodríguez Campos
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La ansiedad se traduce en miedo en aquellas personas que padecen esta enfermedad, llegando a sufrir momentos totalmente estresantes que pueden condicionar la vida cotidiana de las personas. Por ello, un grupo de investigadores quisieron dar con las claves que conducen a este tipo de dolencias.

Los expertos de Cold Spring Harbor consideran haber dado con una pista que hasta ahora era desconocida y que controla el miedo y que puede dar pistas de cómo pueden surgir los trastornos de ansiedad. Concretamente localizaron una molécula que sirve de mensajero entre dos zonas del cerebro claves importantes en la génesis del miedo.

Se conoce desde hace años que el miedo tiene su estructura en una parte del cerebro denominada amígdala, pero no estaba claro quién controlaba esta estructura. Las sospechas recaían sobre un grupo de neuronas que forman el núcleo paraventricular del tálamo que recibe las siglas PVT.

Este grupo de neuronas “ está muy bien relacionado” con otras estructuras del cerebro implicadas en la regulación de la motivación y estado de ánimo, que muestran un funcionamiento anormal en varios trastornos psiquiátricos, incluyendo ansiedad, abuso de sustancias o la depresión.

Estas estructuras son la propia amígdala, el núcleo accumbens, que forma parte del sistema de recompensa, y la corteza cingulada anterior, que tiene un papel importante en el procesamiento de las emociones negativas. Asimismo, el PVT tiene conexión directa con el hipotálamo, una estructura fundamental para poner en marcha las respuestas crónicas de estrés y adicción.

Los investigadores comprobaron que las neuronas del PVT se extienden profundamente en la amígdala central, que regula el miedo. Y cuando esta conexión entre el PVT del tálamo y amígdala se interrumpe, el aprendizaje del miedo es más difícil que ocurra. Además utilizaron personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) para tratar de identificar los posibles mensajeros químicos que podrían conectar las dos estructuras (PVT y amígdala).

Todos ellos se centraron en “la molécula BDNF que se ha implicado en los trastornos de ansiedad. Se trata de un factor de crecimiento neural que desempeña un papel importante en el nacimiento de nuevas neuronas, así como nuevas conexiones entre las neuronas y cuya síntesis se favorece con el ejercicio físico”.

“Los pacientes con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen mutaciones en este mensajero químico, el BDNF, lo que sugiere que podría tener un papel destacado en la memoria y el aprendizaje”, comentaron los expertos. “Hemos establecido que se trata de un circuito regulador que controla el miedo en los ratones. Y el BDNF es el mensajero químico que permite al PVT del tálamo ejercer control sobre la amígdala central”, recalcó.

De momento los datos solo han sido positivos en ratones, aunque confían en la extrapolación a los humanos, lo que supone una gran importancia de esta ruta para el control del miedo en humanos está aún por demostrar. “Es posible que en monos y humanos en particular, las cosas no sean tan simples, y puede que no dependan simplemente de una conexión entre dos estructuras cerebrales”.

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