El pacto de Puerto Ordaz supone la culminación de una negociación de un año. La voluntad política de Juan Manuel Santos ha sido decisiva para desbloquear un conflicto que había generado una crisis humanitaria, además de política y económica.
El acuerdo permite que la frontera terrestre vuelva a abrirse de forma gradual a partir de este sábado 13. Se permitirá el paso peatonal por cinco puntos entre las seis de la mañana y las nueve de la noche (una hora menos en Colombia). El acuerdo comprende los pasos en Puerto Santander, puente internacional Simón Bolívar (entre Cúcuta y Táchira), puente José Antonio Páez (Arauca), Paraguachón (La Guajira) y Puerto Carreño.
El acuerdo implica además la voluntad de trabajar de manera conjunta en la seguridad de los más de 2.000 kilómetros de frontera. Juan Manuel Santos ha aplicado de nuevo la moderación y la conciliación. No cerró ninguna puerta al diálogo. El camino al acuerdo fue allanado por las ministras de Exteriores, María Ángela Holguín (Colombia) y Delcy Rodríguez (Venezuela). El último paso quedó en manos de los presidentes.
El acuerdo fronterizo pone fin a errores de Nicolás Maduro e imposiciones de sus asesores más duros. La situación en un año cambió. El presidente de Venezuela pisa escenarios frágiles. El proceso de paz definitiva en Colombia es una realidad. En torno a Venezuela, hay alarma por la crisis humanitaria. Se quiere ayudar y de forma urgente.
Por parte del presidente de Colombia, su gestión está en los momentos más decisivos para desactivar rumores, bulos malintencionados y maniobras para frustrar una paz definitiva. Su política con Maduro gira sobre la contención y la templanza. En este marco hay que situar este acuerdo valioso largamente buscado por Juan Manuel Santos.
– Ver en Hechos de Hoy, Pedro Pablo Kuczynski, cordial acogida en Lima a Henrique Capriles.