Miguel Boyer, de 75 años y exministro de Economía y Hacienda en el Gobierno de Felipe González y casado con Isabel Preysler, ha fallecido este lunes. Su muerte se produjo en la clínica Ruber, donde ingresó de urgencia esta misma mañana. La causa del fallecimiento ha sido una embolia pulmonar.
El conocido como Superministro aún no estaba recuperado del ictus que sufrió el 28 de febrero de 2012 y seguía con serios problemas de movilidad. En agosto de ese mismo año, casi seis meses después del duro golpe, un Miguel Boyer aparentemente muy recuperado posó junto a Isabel Preysler para la portada de la revista ¡Hola! en lo que fueron las primeras imágenes tras su largo ingreso hospitalario y posterior rehabilitación en la casa familiar y en una clínica especializada.
"La enfermedad de Miguel fue un momento tan duro que me resulta muy difícil recordarlo. Estuvo extremadamente grave durante mucho tiempo… Pero pasó y ahora lo tenemos ya de vuelta en casa”, comentó en su día Isabel Preysler a ¡Hola!.
Miguel Boyer (San Juan de Luz, Francia, 1939) fue diputado del PSOE, partido del que se dio de baja por controversias sobre la incorporación al euro. Pero Boyer también pasó a la historia por la expropiación de Rumasa, el 23 de febrero de 1983, lo que le convirtió en la bestia negra de José María Ruiz-Mateos que perseguía disfrazado de Superman con frases como la inolvidable "qué te pego, leche". Tras su retirada de la política presidió el Banco Exterior y CLH y trabajó para FCC. Fue consejero de Reyal Urbis y Red Eléctrica.
Estuvo casado en primeras nupcias con la doctora Elena Arnedo, madre de sus dos hijos mayores, Miguel y Laura. En 1988 contrajo matrimonio con Isabel Preysler, la exmujer de Julio Iglesias, un enlace que sorprendió tanto en el mundo de la política como en el de las celebrities. Juntos fueron padres de la quinta de los hijos de Isabel, Ana Boyer.
Nunca imaginó Isabel Preysler días tan felices con un hombre del que en principio le separaba todo un mundo. El mismo Julio Iglesias se quedó sorprendido por la fuerza del amor que se ha mantenido entre ambos durante 26 años. Isabel, en la noche fatídica del ictus, salvó con su celeridad la vida de su marido. Desde entonces han sido constantes su entrega y sus cuidados. Ahora vive devastada la muerte que no esperaba.
Isabel le salvó en la primera crisis