Toda la ciudad de Nueva York quedó totalmente paralizada. El huracán Ida, que golpe con fuerza 4 el sur de Estados Unidos al llegar desde el Golfo de México, se convirtió en la tormenta Ida, aún más letal con decenas de muertos en Nueva York, New Jersey y Pennsylvania.
Para los expertos, ya es urgente responder a la verdaderamente dramática cuestión de por qué Nueva York está cada vez más expuesta a los huracanes y las tormentas. Los efectos del cambio climático tienen consecuencias letales. El aumento de la temperatura del agua del océano fortalece a los huracanes e incrementa su alcance, mientras que las inundaciones son más peligrosas por el mayor nivel del mar.
Las autoridades de Nueva York quedaron totalmente sorprendidas por las inundaciones de la noche del miércoles. El agua que cayó fue mucha más (y a mayor intensidad) que la que esperaban los especialistas.
"Es peligroso. Estamos viendo un tipo de lluvia… casi nunca vemos este tipo de velocidad con la que ha llegado la lluvia", dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, pidiendo urgentemente a todo el mundo que se quede en casa.
El meteorólogo de CNN, Michael Guy, también expresó su preocupación. "Lo que es tan sorprendente es el lapso de tiempo de las lluvias y el área impactada". Según destacó, es una zona muy grande "y sólo ocurrió en un lapso de unas pocas horas, eso no es nada que hayamos visto, especialmente en esta región del país".
Ya existe un consenso científico sólido de que los huracanes son cada vez más poderosos. Aunque su estudio es complejo, uno de los factores clave que determinan la fuerza que adquiere finalmente una tormenta está marcada por la temperatura del agua en la superficie del océano. Mientras más caliente sea, proporciona una mayor energía que alimenta las tormentas.
El incremento de las corrientes cálidas, impulsadas por el cambio climático, están teniendo una consecuencia nunca imaginada hasta ahora. Se ha ampliado la zona en la que los huracanes pueden formarse. También hace que tengan un alcance mayor, ya sea con su categoría de huracán o rebajado a tormenta tropical.
Una tormenta tropical puede ser aún más letal que un huracán como se ha vivido en Nueva York y New Jersey.
Hay una "migración de los ciclones tropicales que los aleja de los trópicos y los acerca a los subtrópicos y las latitudes medias", explicó James P. Kossin, científico del clima de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, en declaraciones a The New York Times. Eso podría significar que más tormentas toquen tierra en latitudes más altas.
En las zonas costeras, además de consecuencias como la caída de postes eléctricos o daños en las viviendas, el efecto es mayor cuando se combina con el aumento del nivel del mar, ya que las inundaciones son peores. "Incluso si las tormentas en sí mismas no estuvieran cambiando, la marejada ciclónica se apoya en un nivel elevado del mar", señaló por su parte Kerry Emanuel, profesor de ciencias atmosféricas del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Recientemente la ONU advirtió de la mayor frecuencia de estos desastre naturales. "El número de estos fenómenos extremos está aumentando. Debido al cambio climático serán más frecuentes y severos en muchas partes del mundo", dijo el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, al presentar un informe que estudió la frecuencia, mortalidad y las pérdidas económicas causadas por desastres vinculados a fenómenos meteorológicos extremos entre 1970 y 2019.
Ida he dajado brutales enseñanzas.
Primero, la forma en que los huracanes pueden fortalecerse de categoría 1 a 4 en cuestión de horas.
Segundo, el aviso de que un huracán, en su segunda etapa como tormenta tropical, puede casar mayores muertes, daño y destrucción con inundaciones salvajes y tornados.