En el primer plano en El Vaticano, el sufrimiento de Francisco por la persecución a los cristianos en Oriente Medio. Llena de dolor al Papa. Lo saben bien quienes han visto en Casa Marta sus lágrimas.
Francisco sufre por el odio religioso en Oriente Medio. El último episodio con cristianos arrojados al mar por musulmanes cuando buscan una esperanza de vida en Europa fue desolador. Italia está en la primera frontera de la descomposición brutal en Libia y del fanatismo de los aliados de Estados Islámico (ISIS, Estado Islámico de Irak y el Levante), Al Papa también le ha entristecido la dura reacción en Turquía a sus palabras de reconciliación.
El pasado domingo, Francisco llamó a la necesidad de recordar los horrores del pasado durante la conmemoración del centenario de lo que consideró como “el primer genocidio del siglo XX”, el asesinato, ordenado por las autoridades otomanas durante la I Guerra Mundial, de más de un millón y medio de armenios. “Esconder o negar el mal es como dejar que una herida continúe sangrando sin curarla”, dijo el Papa en una ceremonia celebrada según el rito armenio en la basílica de San Pedro.
Las valientes palabras de Francisco han tenido el respaldo del Parlamento Europeo exigiendo a Turquía que reconozca el genocidio de más de un millón de armenios a manos del imperio otomano. Este 24 de abril se cumplen cien años de esta tragedia. Los grupos políticos del Parlamento Europeo pactaron una resolución conjunta en la que piden a Turquía que aproveche la conmemoración del centenario de estos hechos para "asumir su pasado, reconocer el genocidio armenio y, de esta manera, allanar el camino para una verdadera reconciliación entre los pueblos turco y armenio".
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Si Francisco contempla con extrema preocupación la situación en Oriente Medio, en otros escenarios muy importantes ha seguido los avances políticos. En Ciudad del Vaticano impresionó el clima de respeto y contención entre Barack Obama y Raúl Castro así como los pasos inmediatos de Estados Unidos para allanar la normalización de relaciones con Cuba.
La reacción de Francisco, con su sentido inmediato de actuar, es poner la visita a Cuba en la agenda de su importante viaje a Estados Unidos. Los colaboradores mas inmediatos del Papa trabajan ahora sobre las nuevas ideas recordando que el viaje a Estados Unidos es denso. Francisco tiene previsto reunirse con Barack Obama, en Washington, asistir al encuentro mundial de familias en Filadelfia y dirigirse al Congreso. En Nueva York intervendrá ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
En Ciudad del Vaticano hay prudencia. pero el padre Federico Lombardi, portavoz del Papa, lo confirmó.
"El Santo Padre ha considerado la idea de hacer etapa en Cuba durante su próximo viaje a Estados Unidos. No obstante, los contactos con las autoridades de ese país están todavía en una fase tan inicial que no se puede hablar en estos momentos de dicha etapa como de una decisión ya tomada o un proyecto operativo", declaró.
Sin embargo en medios vaticanistas, según informaciones de Hechos de Hoy, Francisco habría insistido a su número dos, Pietro Parolin, secretario de Estado, que se trabaje para que este viaje conjunto a Cuba y Estados Unidos se pueda convertir en realidad. Tendría una gran importancia para el papado de Francisco que se situó de nuevo en la lista del Time como uno de los líderes actuales más influyentes.
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