Manuel López Bernal, el fiscal jefe saliente de Murcia que impulsó la investigación contra el presidente de la región, Pedro Antonio Sánchez, se encuentra en el centro de la polémica por el caso Púnica. Ahora, el fiscal denunció una campaña de intimidación y de indefensión hacia él y sus compañeros en la región sólo unas horas después de haber conocido que será sustituido en el cargo.

Su relevo se debió a la amplia remodelación que diseñó el fiscal general del Estado, y que conlleva, entre otros movimientos, que Manuel Moix sea el nuevo fiscal Anticorrupción en sustitución de Javier Zaragoza.“No puede ser que los perseguidos seamos los fiscales luchando contra la corrupción y no los corruptos”, recalcó.

En declaraciones a la Cadena SER, López Bernal relató algunos episodios que vivió tanto él como sus compañeros en los últimos años. Aunque no se atreve a relacionar directamente estos sucesos y su relevo en el cargo con el caso del presidente de Murcia, advirtió que "“da mucho que pensar que hayan entrado dos veces en casa del fiscal Anticorrupción de Murcia”.

López Bernal evidenció que “la Fiscalía de Murcia no cabe duda de que es una de las que más casos de corrupción ha sacado de toda España”, y que por eso “no se nos ha hecho la vida precisamente agradable”.

También denunció que las presiones a las que fueron sometidos fueron más allá hasta el punto de convertirse en persecuciones. En este sentido, él y sus compañeros aseguran haberse sentido más perseguidos “que los corruptos”.

El fiscal aseguró que dicha situación fue denunciada ante las instancias a las que tenían acceso, es decir, ante la propia Fiscalía General del Estado, así como ante la delegación del Gobierno en Murcia.

Aunque aseguró no saber “de dónde vienen intimidaciones”, no tuvo reparos en describir un par de ejemplos. Uno de ellos fue las querellas presentadas este último año contra él por hechos sucedidos hace 32 años. “Es absurdo investigar a un fiscal porque corté unos pinos que estaban protegidos hace 32 años”, relató. 

López Bernal señaló que entre estas intimidaciones “el hecho de que se haya creado en Madrid una asociación con el único objetivo de querellarse contra mí y mi familia en fechas próximas a mi renovación”.

Otro ejemplo de ello, según su relato, fue que durante “este año han entrado dos veces en casa de un compañero dejándole claro que sólo se llevaban el ordenador, ni el dinero, ni otros objetos de valor”. Explicó que quienes lo hicieron querían dejar una “tarjeta de visita” porque “no se llevaron el dinero ni para disimular” y que también se llevaron “la cajita del móvil con el número PIN y PUK”.