Fin de una época y nueva reflexión para Mariano Rajoy de aciertos pero también errores cuando el Partido Popular (PP) tuvo una mayoría absoluta sin precedentes en las instituciones.
A valorar el marco de cohesión y unidad del actual Gobierno pese a que conviven dos fuertes personalidades bien diferentes, la viceprsidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la ministra de Defensa María Dolores de Cospedal. En su primer mandato como presidente, Mariano Rajoy sufrió en cambio el poder sin control de sus ministros de Exteriores e Interior, José Manuel García Margallo y Jorge Fernández Díaz.
Fue precisamente la herencia política del ministro del Interior la que quedó en entredicho en el pleno del Congreso de los Diputados. Fueron admitidas dos proposiciones de ley de PSOE y PNV para modificar la ley de seguridad ciudadana.
Dos iniciativas diferentes pero con el mismo fin: desmantelar la llamada ley mordaza, aprobada en 2015 con la mayoría absoluta del PP y con Jorge Fernández Díaz en el el Ministerio del Interior
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) defendió su derogación total. Contó con el apoyo de Unidos Podemos y los nacionalistas catalanes. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) presentó una reforma que cuestiona más de cuarenta apartados y que contó con el apoyo mayoritario, incluido Ciudadanos y con la única excepción del PP.
Hubo consenso de la necesidad de una nueva ley de seguridad que sea pactada. El pleno dejó dos lecturas interesantes. El PNV está ejerciendo un gran protagonismo. Será decisivo en el debate de los Presupuestos. Ciudadanos a la vez está en un proceso de aproximación al PNV. Son apuntes sensibles en un momento en el que el PSOE no ha cerrado su gran pugna interna y navega bajo la gestión no fácil de la Comisión Gestora.