Fences, nominada a cuatro Oscar -película, actor, actriz secundaria (Viola Davis) y guion adaptado-, es uno de los estrenos más esperados de este comienzo de año. La película está dirigida y producida por Denzel Washington y escrita por el ya fallecido autor teatral estadounidense August Wilson y es una adaptación de la obra ganadora de un premio Pulitzer.
Denzel Washington y Viola Davis (Globo de Oro a la mejor actriz de reparto) demuestran que su química no tiene límites. Ambos retoman los papeles que ya interpretaron en 2010 cuando llevaron la obra, una vez más, a Broadway, y por la que recibieron ambos el prestigioso Premio Tony.
Se trata de una de las cintas más emotivas que llegarán este año a la gran pantalla. Un drama que narra la historia de un afroamericano, Troy Maxson, que debe abandonar su carrera como jugador de béisbol por culpa del racismo. Para mantener a su familia se ve obligado a ganarse la vida como basurero.
La película, en realidad una obra de teatro, transcurre fundamentalmente en el patio trasero de la casa de los Maxson. Allí se vivirán las contradicciones del personaje principal, un hombre que puede ser tan cariñoso con los suyos como mandón e inflexible y duro con sus hijos.
En tiempos del incipiente movimiento por los derechos civiles de los años 50 en Pittsburgh, Estados Unidos, Troy siempre se enfrentará a la discriminación y a los retos de la vida. No se trata de un drama para el público convencional por sus escenas largas, sus monólogos y diálogos a veces interminables y poca acción. Todo en Fences se basa en la interacción de los personajes.
La película está protagonizada además por Jovan Adepo, Stephen McKinley Henderson, Russell Hornsby, Mykelti Williamson y Saniyya Sydney.