Balance de la Junta Directiva Nacional y de las movilizaciones cívicas y pacíficas contra la Ley de Amnstía.
Elías Bendodo, vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local y Análisis Electoral del Partido Popular, analizó con agudeza el momento crítico de España. Valoró -como ha destacado Hechos de Hoy– el éxito de Alberto Núñez Feijóo al reunificar el Partido Popular integrando a todas las corrientes para ensanchar su base electoral.
Elías Bendodo denunció que hay “un clamor internacional” ante la evidencia de que el Gobierno de España ha traspasado muchas líneas rojas con la Justicia, algo que está preocupando a la Unión Europea.
Subrayó que no es aceptable la intromisión constante del Ejecutivo en la Justicia y se refirió a Félix Bolaños como “el ministro de la Santísima Trinidad, ya que lo es todo”. “Es un error para la calidad democrática del país y la separación de poderes”.
Destacó que femos vivido “día negro para España“, porque por primera vez el CGPJ consideró que el fiscal general del Estado no era una persona idónea para el cargo; que el Tribunal Supremo señalase que la presidenta del Consejo de Estado no reunía las condiciones; que Israel retirase a su embajadora; y que se confirmase que el control al Gobierno se hará “en un cuarto a oscuras, en Ginebra”.
Se refirió a la amenaza de Carles Puigdemont a Pedro Sánchez con una moción de censura. “Quiso demostrar quién manda en España y el presidente del Gobierno se lo permite”.
Valoró la llegada de un nuevo equipo al frente del Partido Popular, preparado para dar el relevo a Sánchez. “Ensanchar el partido es el gran éxito de Feijóo“, subrayó, puesto que en el PP cabemos millones de españoles.
Incide en la importancia de la manifestación de la sociedad civil en defensa de Andalucía. “No somos menos que ningún territorio”, afirmó y defendió que hoy los andaluces se sienten orgullosos de una comunidad autónoma que se ha convertido en locomotora del país después de muchos años a la cola.
Recuerda el quinto aniversario de la llegada del Partido Popular al Gobierno de Andalucía, algo que fue “política de altura, con reuniones semanales entre partidos con luz y taquígrafos, no como ha hecho Sánchez con la compra de siete votos para seguir en la Moncloa”:
