El presidente Barack Obama dejó en manos de su secretario de Estado, John Kerry, mejorar la percepción de las grandes crisis y el análisis conjunto de la escena internacional con Rusia y China.

Barack Obama es muy cuidadoso en mantener la política económica y la política internacional, junto con los asuntos domésticos, como los tres pilares de sus dos mandatos. Construir la paz es su sueño personal. En ese sentido el Nobel de la Paz que recibió a su llegada a la Casa Blanca fue profético.

Con Hillary Clinton, Barack Obama tuvo una muy buena secretaria de Estado. Pero no directamente involucrada en la visión del presidente y con menor capacidad de maniobrar en las distancias cortas ante rivales difíciles.

El cambio llegó con John Kerry, un secretario de Estado que dejará huella, y que no tiene otra ambición que la de servir a su país en toda su grandeza.

En este marco de acción hay que destacar el viaje de John Kerry a Sochi y su encuentro con Vladimir Putin y sus asesores en el momento de serio deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia como destacó Hechos de Hoy. Sobre la mesa de las conversaciones, Ucrania, Siria e Irán.

En las conversaciones participaron el embajador de Estados Unidos en Rusia, John Tefft, y el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Wendy Sherman. Por parte de Rusia, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov; y el asesor presidencial, Yury Ushakov.

En total, el secretario de Estado mantuvo ocho horas de reuniones con el presidente ruso Vladimir Putin y su ministro de Exteriores Sergei Lavrov en Sochi. El balance fue de ciertos indicios de distensión.

El encuentro permitió "entenderse mejor" si bien "no estuvimos siempre de acuerdo durante nuestra conversación", declaró Lavrov, mientras que Kerry indicó que las sanciones contra Rusia pueden ser suspendidas "si y cuando" se respete plenamente el alto el fuego en Ucrania.

"Quiero expresar la gratitud del presidente Obama por la voluntad de Rusia de comprometerse en estas discusiones", dijo Kerry. "No hay ningún sustituto a las conversaciones directas para tomar decisiones claves, en particular en un periodo tan complejo y que evoluciona tan rápido como el actual", afirmó.

Ambos diplomáticos expresaron que Moscú y Washington deberían continuar el diálogo para intentar resolver sus diferencias. Con respecto a las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, Kerry le transmitió a Putin que es importante mantener la unidad, para lograr un acuerdo definitivo antes del próximo 30 de junio.

Las dos potencias atraviesan su peor momento en sus relaciones bilaterales desde la caída de la URSS en 1991. El viaje de Kerry a la residencia de verano de Putin era el primero de un alto responsable estadounidense a Rusia desde el inicio del conflicto en Ucrania. Kerry, que viaja este miércoles a Antalya, en Turquía, para una cumbre de la OTAN, expresó que había una "necesidad urgente" para Estados Unidos de cooperar con Rusia para enfrentar desafíos globales.

Lavrov añadió por su parte que "comprendemos la necesidad de evitar pasos que puedan infligir daño a largo plazo en las relaciones bilaterales en temas diversos". Moscú y Washington se concentrarán para lograr un único objetivo: "lograr que aquellos que firmaron los acuerdos del 12 de febrero lo respeten", aseguró Lavrov.

Aunque hay "algunas contradicciones y divergencias con respecto a los orígenes" del conflicto en el este de Ucrania, "compartimos la visión de que solo es posible resolver la crisis implementando una tregua", dijo Lavrov. Sobre Siria, otro de los temas a discusión, Kerry indicó que "entendemos todos que la unidad es clave para un buen acuerdo". Aunque Kerry se reunió varias veces con Lavrov en diferentes capitales europeas, no había mantenido ningún encuentro bilateral con Vladimir Putin desde mayo de 2013.