Debutar con el actual subcampeón del mundo es siempre complicado, pero si se pierde la tensión en el juego como ha sucedido en buena parte de la segunda parte, lo es aún más. España arrancó mal, pero se repuso en un excelente primer cuarto lleno de recursos, pero todo se empezó a venir abajo muy pronto. El segundo cuarto pudo acabar en tablas, si no hubiera sido por una última canasta sobre la bocina, típica de Sergio Llull, 2 arriba para los de Scariolo y todo por decidir. Pero pero por desgracia, en la segunda parte casi exclusivamente vimos la peor cara de España.
El equipo de Sasha Djordjevic se impuso con claridad y dio una lección de cómo se ganan los campeonatos. Se aprovechó de un Pau Gasol ausente hasta bien entrado el último cuarto, pésima en el tiro de tres, con los dos Sergios, Llull y Rodríguez, muy flojos y con un Mirotic errático que recordó los últimos partidos antes de su despedida del Real Madrid, y para nada lo que ha demostrado que es y puede llegar en su primera temporada con los Chicago Bulls. En el lado contrario, el MVP de la Euroliga, Nemanja Bjelica en modo apisonadora con 24 puntos y 10 rebotes.
Reyes no puede con todo
España, que tardó 5 minutos en anotar, puso una marcha de más en el primer cuarto con un parcial de 21-4, que llevó a conseguir 10 puntos de ventajas. Un buen Rudy y un excelente Reyes, que se movía en la pintura como pez en el agua, consiguió mantener al equipo con una ventaja cómoda aunque no amplia, hasta que el cordobés, falto de oxígeno, tuvo que pedir el cambio.
Entonces, apareció Nedovic, con 10 puntos seguidos que llevó al empate salvada con la canasta sobre la bocina de Llull, pero aquí prácticamente acabó la historia. España no tenía tiro exterior (2 de 12) y era claramente superada en el rebote. Se aguantó el tirón en el arranque del tercer cuarto hasta que el mayor acierto serbio dio como resultado las primeras ventajas de Serbia que se amplió hasta un 49-60.
España hizo la goma y parecía que se iba a llegar al tramo final con opciones, tras un triple de Pau Ribas, el único destacado en la línea de 3, y una canasta de Pau Gasol, que por fin apareció en el tramo final. Pero fue un espejismo. Un triple desde 8 metros del mejor del partido, Bjelica, una pérdida de Llull y otro triple de Bogdanovic sentenciaron el partido a falta de 50 segundos.
Además de los fallos, España volvió a pecar de falta de banquillo y de la falta de un sistema claro que sí tiene la Serbia de Djordjevic. El domingo toca Turquía, con poco margen para el error, ya que dos derrotas seguidas serían una losa complicada de sobrellevar.
