El Tesoro aprovechó el boom de la demanda de deuda española para solventar con nota su primera subasta de 2013. La fortaleza de la demanda ha elevado el importe adjudicado en bonos hasta los 5.817 millones de euros, frente al máximo previsto de 5.000 millones. Además, al igual que en la deuda corporativa, los costes han bajado notablemente.

A diferencia de lo sucedido en las últimas subastas de 2012, cuando ya tenía cubiertas las necesidades de financiación para todo el año, el Tesoro se había marcado objetivos más ambiciosos de cara a su primer test de 2013: entre 4.000 y 5.000 millones de euros en bonos a 2, 5 y 13 años.

La coyuntura favorable del mercado invitaba al optimismo. Nada más comenzar el ejercicio, el acuerdo en Estados Unidos para evitar el abismo fiscal relajó la aversión al riesgo y desinfló sustancialmente la prima de riesgo de España. El interés del bono a diez años bajó la semana pasada del 5% por primera vez desde marzo de 2012, y la brecha respecto a la deuda alemana se ha enfriado hacia los 360 puntos básicos.

La mejora no se limita solo a los costes. El nuevo año ha arrancado con un brusco resurgir del apetito por la deuda española. A nivel global han mejorado las emisiones de BBVA, y Gas Natural, CaixaBank, Banco Popular y Telefónica entraron en una avalancha de colocaciones.

El bono y la prima

El esperanzador estreno en 2013 de las emisiones de Tesoro desinfla el riego del país hasta los 350 puntos, y sitúa el interés del bono a diez años por debajo del 5%, en zona de mínimos de nueve meses. Pese a que los precedentes de jornadas anteriores invitaban al optimismo de cara al estreno del Tesoro en 2013, la prima de riesgo había repuntado ligeramente durante la semana, por encima de los 360 puntos básicos.

El inicio de la jornada mantuvo este signo ligeramente alcista en la prima de riesgo. En su subida llegó a rozar los 370 puntos. Pero el punto de inflexión llegó con el resultado de la subasta del Tesoro. La gran demanda recibida ha permitido elevar el importe adjudicado hasta los 5.800 millones de euros, muy por encima de sus propios objetivos, fijados entre 4.000 y 5.000 millones de euros.

La fortaleza de la demanda fue acompañada además de un notable recorte en los costes de emisión. El Tesoro colocó 3.397 millones de euros en bonos a dos años con una rentabilidad media del 2,476%. El interés medio de los 1.950 millones emitidos en bonos a cinco años bajó del nivel del 4%. El 3,988% de hoy contrasta con el 4,68% previo. Y en el caso de la deuda a más largo plazo, 2026, el interés se contuvo en el 5,555%.

Poco después de publicarse estas cifras, los inversores trasladaban sus compras al mercado secundario de deuda. El interés exigido al bono español a diez años llegó a bajar del nivel del 5%, para situarse en niveles de marzo de 2012. Con su mejora, la prima de riesgo se enfrió hacia los 350 puntos.