El sueño y la cefalea (dolor de cabeza) están íntimamente relacionados de una manera bidireccional. Es decir, el sueño tiene un impacto en las cefaleas, y las cefaleas pueden producir trastornos del sueño. Pero, ¿Sabes cuáles son los puntos clave de esta relación?
- Trastornos del sueño y cefalea. Algunas patologías del sueño pueden aumentar el riesgo de padecer cefaleas. La apnea del sueño, en particular, puede llevar a dolores de cabeza matutinos debido a la falta de oxígeno durante la noche.
- Privación de sueño o falta de sueño. La falta de sueño adecuado o la mala calidad del sueño pueden desencadenar cefaleas. Las personas que no duermen lo suficiente o que tienen un sueño interrumpido de baja calidad a menudo son más propensas a experimentar dolores de cabeza tensionales o migrañas. El buen descanso puede ser un factor clave relacionado con la frecuencia con la que aparecen los dolores de cabeza. La falta de sueño a menudo está detrás de la cronificación de estos trastornos.
- Sueño excesivo. Dormir en exceso también puede desencadenar cefaleas en algunas personas. En esta situación siempre se debe evaluar si existen trastornos del sueño subyacentes.
- Patrones de sueño irregulares. Tener un horario de sueño irregular, como dormir en exceso los fines de semana y luego tener una falta de sueño durante los días laborales, puede causar un aumento en la frecuencia y en la intensidad de las cefaleas.
- Fármacos. Algunos medicamentos hipnóticos pueden favorecer la aparición de dolor de cabeza.
Por otro lado, los dolores de cabeza pueden afectar al buen descanso, como puede ocurrir en la migraña o cefalea tensional por ejemplo, en las cuales, la presencia de dolor y otros síntomas asociados puede alterar el sueño del paciente, favoreciendo la cronificación de la cefalea. Además, existen cefaleas que característicamente aparecen durante el sueño, como por ejemplo la cefalea hípnica o la cefalea en racimos.
Aunque existen factores individuales que predisponen a sufrir dolores de cabeza de determinados tipos, evaluar el sueño y el descanso de los pacientes es fundamental para ayudar a mejorar esta patología. Es imprescindible abordar en la consulta el patrón de sueño del paciente, horarios, calidad de sueño, consumo de fármacos, posible presencia de ronquidos o apneas entre otros.
Si se detecta un problema de sueño asociado, su adecuado tratamiento puede tener un impacto sumamente positivo en el dolor de cabeza.
(*) Doctoras: Irene Cano Pumarega / Celia García Malo / Sara Boi. Clínica CISne.