Cedió la tensión aunque ahora el foco de polémicas se centre sobre la foto y el vídeo obtenido por el diario El Mundo de la declaración de la Infanta. Al juez José Castro le ha indignado esta falta de respeto a sus decisiones tras prohibir el uso de teléfonos móviles y cámaras de vídeo. Como es un hombre avezado, y vive bajo el acoso de los medios desde hace años, sabía que a las nuevas tecnología, y a las tabletas electrónicas, le es difícil ponerle vallas. Pero este asunto le ha indignado y alterado.

Sobre la causa judicial, ya se conoce que el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach tiene un primer borrador de acusación final del caso Nóos. Pedirá hasta 17 años de cárcel para Iñaki Urdangarin y hasta 15 para su exsocio Diego Torres, por malversación, falsedad y delitos fiscales. El cuñado de Torres y asesor fiscal, Miguel Tejeiro, que diseñó las sociedades pantallas y el método tributario de los duques de Palma cargará también con una petición de pena de 17 años de cárcel.

Para la Infanta Cristina, Horrach reclamará que pague 600.000 euros por responsabilidad civil, como partícipe a titulo lucrativo, por ser socia al 50% de la sociedad familiar Aizoon, en la que su esposo ingresó 1,7 millones de euros ilícitos.

La gran cuestión se centra en torno a la figura del juez José Castro y sus decisiones. Como persona que busca la verdad, insistió, y luchó con ahínco, para que se produjera el interrogatorio de Cristina de Borbón y Grecia. Por primera vez en la historia de la democracia, un familiar directo del Rey Juan Carlos I ha comparecido en los juzgados. El juez conoce bien la trascendencia de lo vivido el sábado en Palma de Mallorca. No busca ser un héroe por ello ni tampoco un villano si la Infanta deja de ser imputada. Como avanzó Hechos de Hoy, no se espera una rápida decisión del juez. Juunto a los flecos de la instrucción del caso Nóos quiere ahora alejarse del ruido mediático, y en conciencia sopesar su decisión final.

El fiscal y la defensa saben que hay motivos para que la Infanta quede fuera del proceso. Pero ninguno dará ya ningún paso. Conocen también muy bien la personalidad del juez, que siendo muy estricto no es intolerante ni radical.

En la instrucción insistió en que había que interrogar a la Infanta. Lo hizo. La escuchó con detenimiento con momentos de dudas, sinceridad, emoción y lágrimas. El abogado Miquel Roca avanzó ese torrente de emociones. En el Palacio de La Zarzuela se ha producido la reconciliación entre el Rey y su hija menor. También ha sido un momento doloroso para ellos. Pase lo que pase, la Infanta Cristina quedará apartada de la Corona. Si finalmente el juez no la aparta del caso y mantiene su imputación, tendrá que tomar el Rey, y ella, medidas más definitivas que podrían suponer la pérdida de sus derechos dinásticos. Cuestión parte es el zarandeo enorme que está sufriendo el matrimonio y el escenario duro que se abriría si Iñaki Urdangarin es finalmente condenado e ingresa en prisión. 

El vídeo filtrado

Pese a la prohibición del juez José Castro a los asistentes a la declaración de doña Cristina de usar teléfonos, tabletas, ordenadores o cualquier otro sistema que permitiera la grabación de imágenes y sonido, se filtró el primer vídeo del interrogatorio en una grabación subida en la página Wouzee, un sitio para compartir vídeos. El juez dijo que la filtración es algo "incalificable". Ordenó además a la Policia que abra una investigación para averiguar el origen de la imagen publicada el domingo por el diario El Mundo.

En el vídeo se escucha la siguiente conversación:

– Juez José Castro: ¿Antes de llegar al matrimonio, me podría decir a cuántas fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro ha pertenecido usted?

– Infanta Cristina: No lo recuerdo.

– Juez José Castro: ¿…vocal en la Junta Directiva de presidenta?

– Infanta Cristina: He sido presidenta de honor.

– Juez José Castro: ¿Y de cuántas acciones ha sido usted participe antes de su matrimonio?

– Infanta Cristina: De ninguna.

– Juez José Castro: De ninguna. Usted, si no me equivoco, contrae matrimonio con el señor Urdangarin en octubre de 1997. Usted debe saber que al constituir una sociedad mercantil con su marido de ahí se desprende de hecho y de derecho una voluntad inequívoca de que el dinero que se ingrese en esa sociedad sea de los dos, ¿No?

– Infanta Cristina: Desconozco la mecánica.

– Juez José Castro: La sociedad, el 50% del dinero que se ingresa parece obvio que la mitad le pertenece a usted y la mitad pertenece al señor Urdangarin. El objetivo social […] era el asesoramiento técnico en la elaboración de proyectos para la organización y promoción de espectáculos deportivos y culturales, relaciones públicas y asesoramientos técnicos en proyectos de cooperación internacional ¿Recuerda usted si este era el objeto social?

– Infanta Cristina: No me acuerdo.

– Juez José Castro: ¿Pero recuerda algún otro que pudiera ser?

– Infanta Cristina: Yo no recuerdo nada.

– Juez José Castro: Bien. ¿Puede decirnos con qué finalidad se crea Namasté 97?

– Infanta Cristina: Yo no lo recuerdo, no lo sé.

– Juez José Castro: Ahora lo que se está exhibiendo es un documento donde se dice que hay una cuenta y que en dicha cuenta destacan 16 transferencias efectuadas entre el 28 de diciembre de y el 31 de julio por un importe total de 237.898,08 euros. Luego hay otra transferencia a favor de su marido ya como persona física por 159.623 euros. Usted tiene derecho a negarse, y lo voy a repetir varias veces, a negarse a contestar las preguntas que quiera. Los ingresos que su marido obtenía o iba a obtener que luego obtuvo de Mixta África, Altadis y de Aceros Bergara ¿eran esos ingresos y otros del mismo tinte los que se iban a canalizar a través de Aizoon? ¿Le comunicaban a usted la captación de nuevos clientes de Aizoon?

– Infanta Cristina: No.

– Juez José Castro: ¿Usted lo ve bien en la pantalla verdad?

– Infanta Cristina: Sí.

– Juez José Castro:  Aquí tenemos otro correo del señor Urdangarin dirigido al señor García Revenga, es una carta donde se lee "Dale una copia a Cristina de mi parte". Esto no tiene nada de malo, pero quiere decir que con usted había un fluido comunicativo. (Sigue leyendo el correo electrónico:) "Aprovecho que estás conectada para enviarte una comunicación de Nóos que tengo pensado enviar, hay dos versiones, (no quiero sacar un duro) léelo y dime qué piensas". ¿Usted ha recibido este correo?