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UNA MUJER EJEMPLAR

El dolor de César Alierta en la hora de la muerte de Ana Cristina Placer

Muestras de adhesión, pésame y solidaridad con César Alierta, presidente de Telefónica, en las horas difíciles de la muerte de su esposa en la Clínica Quirón de Madrid.

Hechosdehoy / Hechos de Hoy / José Vidal
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Ana Cristina Placer, esposa de César Alierta, falleció el domingo en la Clínica Quirón de Madrid, Llevaba varios días hospitalizada por una enfermedad pulmonar que había agravado un estado de salud delicado que necesitaba constante atención.

Quienes conocían bien al matrimonio, comprendían que no se podía acabar de conocer la personalidad del presidente de Telefónica sin esa estrecha unión de ilusiones compartidas entre los dos. Ana Cristina, licenciada en Derecho, fue siempre una mujer llena de vitalidad. Muy unida a su marido en sus desafios profesionales y en sus aficiones. Para ambos la tecnología se había convertido en compartir una pasión que les fascinaba. 

En Zaragoza, su ciudad natal, la noticia causó hondo pesar entre sus amistades más íntimas. Fue precisamente en esta ciudad, y en el marco de un acto organizado por el diario Heraldo,  el momento en el que César Alierta abrió una vez su intimidad más profunda. En un matrimonio sin hijos, estrechamente unido, César Alierta, que es una personalidad rocosa, se emocionó al recibir el premio a los Valores Humanos y el Conocimiento. Reconoció entonces la realidad de cherchez la femme. Ana Cristina, dijo entonces, "está en mi pasado, presente y futuro".

Ana Cristina siempre llevó una vida intensa, aunque lmitada en sus movimientos, desde el momento en que necesitó llevar siempre consigo un equipo de oxígeno para respirar. Pero no por eso limitó sino que acrecentó sus actividades. Era una persona muy inquieta en las redes sociales, con su blog personal, y su amor por compartir la experiencia de las fotografías e imágenes.

El presidente de la primera multinacional española siempre llevó con discreción su vida más íntima. Pocos conocían que el otro perfil de una actividad trepidante discurría en frecuentes visitas a los hospitales para cuidar a su mujer en las crisis que se producían, estar atento a sus ingresos, el tratamiento y la atención a unos pulmones delicados. Impresionaba la delicadeza de la atención a su esposa.

Su atención a Telefónica y al tanque de pensamiento que ha ido examinando el momento de gozne de la economía española para pasar de recesión a  crecimiento, nunca le apartó de Ana Cristina, una muerte que le conmueve y entristece, y rompe una unión muy estrecha. 

– Ver en Hechos de Hoy, Tsipras voló en clase turista y defendió a Merkel del ataque de Der Spiegel.

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