La octava edición de GH VIP está resultando de todo menos normal. A la gala del despilfarro en la que el premio final quedó reducido de 150.000 euros a 30.600, le siguieron cuatro bajas en una sola semana. Primero dijo adiós Javier Fernández por voluntad propia. El patinador no podía más. Marta fue la expulsada por el público. Y luego está lo de la expulsión disciplinaria de Gustavo y Álex Caniggia de la que primero dijeron que enseñarían las imágenes del encontronazo, pero que luego Marta Flich dijo que no las mostrarían por no ser “un buen ejemplo”.

A la pregunta de Laura desde la casa de por qué no se le echaba también a José Antonio Avilés que fue el quien la lió, Flich dijo que “porque Avilés sólo habla”. Es decir, que ¿maltrato físico no, pero psicológico si? ¿A qué se debe la censura de las imágenes? ¿A quién protege?

Lo de Avilés es insoportable y desde luego no cuenta para nada con el apoyo de los espectadores como queda patente tanto en los abucheos durante las galas como en redes sociales. Más de uno se cuestiona si el colaborador de varios programas de Mediaset que se hizo famoso por sus mentiras tiene un acuerdo especial con la organización sobre la duración de su estancia en Guadalix.

Para el jueves que viene están nominados el propio Avilés, junto con Michael, Carmen Alcayde y Laura. Si Avilés es salvado, puede arder Troya. Y si la que tiene que hacer su petate es Laura, se terminan de cargar la edición que ya de por sí no está logrando los datos de audiencia esperados.

Pero antes del jueves, este domingo, en la gala de Ion Aramendi GH VIP. El Debate, el reality se saca un nuevo as de la manga: la opción de recuperar parte del dinero del premio final que se gastaron tan alegremente en cinco minutos, sobre todo Jessica Bueno con la llamada de su hijo que costó más de 75.000 euros.

Tras haber gastado un total de más de 119.500 euros de los 150.000 euros reservados para el ganador final, los granhermanos ya solo aspiran a un premio insólitamente bajo y sin precedentes que el programa les permitirá paliar haciéndoles partícipes de una gran prueba de resistencia que, en caso de que la logren superar, les supondría recuperar parte del botín final para el ganador.

En redes se preguntan también si habrá repesca, porque con los que quedan en la casa –Susana, Zeus, Michael, Jessica, Carmen, Laura, Avilés y Naomi no se puede estirar ya mucho más esta octava edición. ¿O es eso precisamente lo que se pretende?