El derribo de un avión de pasajeros en el este de Ucrania, que acabó con la vida de 298 ocupantes, puede considerarse un crimen de guerra. Así lo afirmó la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay. Por su parte, el ministro de exteriores Serguéi Lavrov, señaló que el mandato de la misión internacional de investigación del siniestro debe de ser acordado con el Consejo de Seguridad de la ONU.
El derribo del avión de Malaysian Airlines el 17 de julio fue "una violación del derecho internacional" y, dadas las circunstancias, "puede ser un crimen de guerra", según Pillay. El experto pidió una investigación "completa e independiente" sobre este hecho algo que para Rusia deber ser acordado con el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Partimos de la base de que dicha investigación debe comenzar lo antes posible bajo la égida de la ONU. Para ello, el Consejo de Seguridad debe adoptar una decisión más. Nos preocupa que algunos de nuestros socios traten de trasladar el trabajo práctico para organizar la investigación a contactos bilaterales con las autoridades ucranianas", apuntó.
"No quiero acusar a nadie, pero espero que nadie intente borrar las huellas", prosiguió refiriéndose a la posibilidad de que se manipulen las pruebas y al hecho de que Kiev y Occidente acusan a los insurgentes prorrusos de derribar el avión con ayuda de Rusia.
Hay que recordar que los primeros datos obtenidos de las cajas negras del Boeing 777 de Malaysia Airlines son consistentes con la explosión ocasionada por un misil. Las autoridades de Estados Unidos apuntan a la autoría de los rebeldes prorrusos, quienes a su vez culpan al Ejército ucraniano contra el que combaten.