El demócrata ganó la crucial carrera dando la vuelta a un escaño republicano mientras se recuperaba de un derrame cerebral durante la campaña. Proporciona a los demócratas la esperanza de poder mantener el control de la Cámara, estrechamente dividida, para impulsar la agenda del presidente Joe Biden durante dos años más.
Fetterman, que se convirtió en un héroe progresista como alcalde de una ciudad siderúrgica en decadencia, derrotó a Oz, un cirujano cardíaco rico y de buen tono, convertido en una celebridad de la televisión, que acababa de trasladarse al estado de la batalla presidencial para presentarse al Senado.
Fetterman atribuyó el mérito a su estrategia de campaña “cada condado, cada voto”, en la que el candidato, tatuado y con sudadera con capucha, trató de devolver el Partido Demócrata a zonas de clase trabajadora predominantemente blanca que lo han rechazado cada vez más, incluso cuando se presentó con una plataforma progresista.
Fetterman pasó gran parte de la campaña defendiéndose de los ataques de Oz, que cuestionaba si era honesto sobre los efectos de la apoplejía y si era apto para el puesto. Prometió ser el “voto 51″ de los demócratas para aprobar una legislación fundamental que proteja los derechos al aborto, la atención sanitaria, el matrimonio entre personas del mismo sexo, los sindicatos y el voto, así como para aumentar el salario mínimo.
Fetterman ha comparado su derrame cerebral del 13 de mayo -que le impidió hablar con fluidez y procesar rápidamente el significado de la conversación hablada, un efecto común llamado trastorno del procesamiento auditivo- con el hecho de haber sido derribado y lo adoptó como misión de campaña.
Se presentó para “cualquier persona que haya sido derribada y se haya levantado”, dijo a la multitud. “Esta carrera es por el futuro de todas las comunidades de Pensilvania, por cada pueblo pequeño o persona que se sintió dejada atrás, por cada puesto de trabajo que se ha perdido, por cada fábrica que se cerró alguna vez y por cada persona que trabajó duro pero nunca salió adelante”.
Para subrayar la importancia de lo que estaba en juego, Biden hizo campaña en Pensilvania por Fetterman tres veces en las últimas tres semanas, mientras que Donald Trump acudió también para celebrar un mitin por Oz.