Por primera vez el papa Francisco se pronunció sobre la campaña de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Lo hizo al final de su visita a México, cuando volaba de regreso a Roma (ver en Hechos de Hoy, Lombardi niega el rumor malévolo en las redes en la visita de Francisco).
Hay muchas cuestiones de un intenso viaje a México con el importante encuentro previo en La Habana con Cirilo I de Moscú. Ha sido una visita de diferentes matices, con llamada severa a los obispos de México. Y días agotadores que han puesto a prueba la salud de Francisco, su humor y sus nervios.
Los medios han sido impacables con Francisco escrutando todos sus gestos, su ligero desvanecimiento y el momento que habló en latín en uno de sus actos. Ha sido una cadena de actividades y desplazamientos en un viaje agotador.
Regresando a Roma, Francisco dejó su primer titular de esta visita, el del rechazo a quien desprecia a México y los mexicanos. Lamentó que Donald Trump defienda las expulsiones de inmigrantes así como ampliar la valla que separa a México de Estados Unidos. Simplemente, Francisco sentenció que Donald Trump “no es cristiano". Fue un mensaje muy duro a las alas y a los sectores del Partido Republicano, y a los electores, que apoyan el fenómeno Trump.