Es un proceso que avanza en paralelo. Los frenos que actúan cada vez con más fuerza sobre la candidatura de Hillary Clinton. Y el avance de Donald Trump ante el desconcierto en el Partido Republicano. En la agenda de Barack Obama ya es con mucho la cuestión que más le preocupa. Un triunfo de Donald Trump convertiría en fallida su presidencia y supondría la rectificación a sus logros. Para América Latina -como apunto Hechos de Hoy– tendría un efecto político de devastación.
Real Clear Politics (RCP) reflejó por primera vez la posibilidad real de un triunfo de Donald Trump en la elección presidencial. La amplia ventaja de la que gozó Hillary Clinton se ha esfumado. RCP, en los análisis continuos y sus mediciones, reflejó que Hillary Clinton sólo supera a Donald Trump por 3,1%.
Clinton aventaja a Trump por 6 puntos (CBS/New York Times). Y Trump gana a Hillary por 3 puntos (Fox News).
Hay una explicación a estos sondeos. Donald Trump ya no tiene rivales desde la retirada de Ted Cruz y John Kasich. Hillary Clinton en cambio tendrá que luchar hasta el final frente a Bernie Sanders aunque California podría ser decisiva.
Los analistas a la vez están advirtiendo sobre divisiones en el Partido Demócrata. Si Bernie Sanders mantiene su campaña y sus objeciones, y lidera una rebelión en el ala izquiertda del Partido Demócrata, se abriría un escenario peligroso.
Una llegada del Partido Republicano con Donald Trump a la Casa Blanca es un escenario que asusta. Sería el triunfo de quien ha demostrado ser un multimillonario imprevisible, de retórica xenófoba, ultranacionalista y sexista. Un 47%, según un sondeo de NBC News, lo contempla como escenario de catástrofe para Estados Unidos. Si se llegara a producir su triunfo, será el candidato presidencial estadounidense con mayor índice de desaprobación de la historia, entre un 60% y un 70% según Gallup.