Una década sin Marlon Brando sirve para que el cine se replantee como se transformó la actuación gracias a su aportación. El eterno rebelde de talento prodigioso falleció a los ochenta años en el centro médico de UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) a causa de una fibrosis pulmonar el 1 de julio de 2004.
A su funeral, como se esperaba ya que era un absoluto solitario y celoso de su intimidad, solo acudieron los amigos más cercanos. Jack Nicholson, Warren Beatty o Sean Penn se despidieron del actor mientras sus cenizas se esparcían entre las idílicas aguas de Tahití -donde poseía el atolón de Tetiaroa, del que se enamoró rodando Rebelión a bordo (1962)- y las dunas de Death Valley en California.
La última vez que Marlon Brando abandonó su hogar fue para acudir a visitar a su amigo Michael Jackson. Por aquel entonces, su cuerpo requería de un tanque de oxígeno y obligaba a su débil corazón a pender de un hilo. Obras para el recuerdo como Un tranvía llamado deseo (1951), Viva Zapata! (1952), Julio César (1953), Sayonara (1957), Último tango en Paris (1972) y Una árida estación blanca (1989) le sirvieron para ganarse un sitio destacado en el corazón de los seguidores del mejor cine.
Y es que hablar de Marlon Brando es hablar de un antes y un después en la historia del cine. James Dean, Paul Newman, Robert De Niro, Sean Penn, Al Pacino y Gene Hackman bebieron de sus grandes clases para la interpretación.
Talento, belleza y físico se reunieron en Marlon Brando, y el "método" le permitió canalizar esas desgracias y no tener miedo a mostrar la ira, la sensibilidad o la naturalidad que le convirtieron en un rostro tan carismático como temido por sus compañeros de reparto. Incluso llegó a recibir el apodo de mumbles por su manera de entonar los diálogos.
Sin embargo, hay que recordar que Brando nunca quiso la fama. Llegó a declarar en alguna vez que aborrecía la popularidad y todo lo relacionado con los medios de comunicación. La situación se agravó cuando tuvo lugar el ingreso en prisión de su hijo Christian por asesinar al novio de su hermanastra Cheyenne, o el suicidio de ésta años después.
Asimismo, el juicio de su hijo le dejó en una situación económica muy precaria ya que también debía hacerse cargo de la manutención de los tres hijos que tuvo con su asistenta Christina Ruiz. Brando tuvo seis hijos más de mujeres no identificadas, y otros siete reconocidos. Su primera mujer fue Anna Kashfi. Después le siguió la actriz Movita Castaneda y finalmente la nativa de Bora Bora Tarita Teriipia.
Diez años después de su muerte, Marlon Brando sigue siendo un referente en el mundo del cine y todo un sinónimo de valentía. Una prueba de ello es que quien quiera puede hospedarse en The Brando Hotel, que sus familiares construyeron en Tetiaroa, uno de los refugios personales del actor.