Se trataba del primer encuentro importante después del portazo político del Reino Unido a la Unión Europea. Una cumbre pedida por Alemania para una reflexión conjunta a favor de una Europa más segura y más únida.
En tiempos excepcionales por el Brexit, se esperaba un debate conjunto de quienes son el núcleo de poder de la Zona euro. Ahí llegó la primera sorpresa. De manera sorprendente España ha cedido terreno y se ha descolgado. De estar a punto de presidir el Eurogrupo a pasar a perder peso en un momento que requiere unidad para proyectar el futuro inmediato.
En los equipos que han preparado esta cumbre, una mezcla de indignación y desconcierto por el giro tomado, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez, por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Su cerrojo y su rechazo a poner fin al bloqueo político está comenzando a pesar de forma permanente.
El PSOE, desde la perspectiva alemana, se convirtió en fundamental para el éxito de la restauración de la Monarquía en España. De la responsabilidad en el reinado de Juan Carlos I, a grandes incognitas con Felipe VI. El objetivo del PSOE, con Pedro Sánchez, pasa únicamente por la destrucción de Mariano Rajoy buscando sacarle de la política. Lo que era una sensación ahora se está convirtiendo en certeza. Se trata de un bloqueo político destructivo.
En la tribu periodística que se trasladó al portaaviones Garibaldi coincidencia en el marco político que se ha abierto. Se está dañando a la reputación de España en la Unión Europea como socio fiable y actor político de reacciones inmediatas a favor de la estabilidad y la gobernanza.
– Ver en Hechos de Hoy, Del Papa a Ban, condena y horror por la matanza de la boda en Turquía.