Con el paso de los años Internet dejó de ser una herramienta centrada exclusivamente en buscar información. Poco a poco fueron desarrollándose utilidades, las cuales ya de por sí hace dos décadas e incluso más eran empleadas a diario por internautas de todos los países del mundo.

En los tiempos que corren, se utilizan más si cabe las herramientas online. De hecho, ya no es necesario encender el PC u ordenador portátil, ya que basta con tener un dispositivo móvil con conexión a la red.

Entre las herramientas más utilizadas, destacan sobre todo los conversores. A continuación describiremos las tres conversiones que acostumbran a tener lugar hoy en día.

Conversiones de binario a texto y viceversa gracias a los traductores

Es innegable que los traductores están a la orden del día. Así lo demuestra el traductor codigo binario, el cual destaca por varias características muy a tener en cuenta a la hora de hacer uso de una herramienta de este calibre.

La primera de ellas reside en su funcionamiento intuitivo. Los desarrolladores sabían que no todos los usuarios que quisieran averiguar el significado de un código binario tendrían conocimientos de informática. Es por ello que decidieron dar forma a una utilidad online fácil de utilizar a más no poder.

De hecho, en muchos casos los conversores en línea son sencillos. En este caso, basta con introducir el código binario en el campo habilitado para tal fin. Un solo clic en el botón ‘Traducir!’ es suficiente para obtener el equivalente en texto ASCII.

La conversión es instantánea, característica que es imprescindible actualmente para triunfar. Y es que nos encontramos en plena era digital, deseando los usuarios acceder de forma inmediata a los contenidos que les interesan.

Incluso las conexiones a Internet que no son demasiado rápidas acaban dando pie a una conversión que se lleva a cabo en menos de un segundo. Exactamente lo mismo sucede si se opta por recurrir a la conversión inversa. Es decir, generar un código binario a partir del texto que el usuario introduzca.

Por mucho que pasen los años, el código binario seguirá siendo utilizado con regularidad. Es por este motivo que conviene tener en los marcadores o favoritos dicha clase de herramientas, evitando la obligatoriedad de escribir la correspondiente URL cada vez que pretendan usarse.

 Divisas de todos los países

Estamos en un mundo globalizado, lo cual es positivo en muchos sentidos. Así lo ejemplifica el hecho de poder pagar en euros prácticamente cualquier transacción, encargándose el banco o la pasarela de pago de realizar la oportuna conversión.

Pero, ¿y si la misma no es demasiado favorable? En muchas ocasiones sucede, perdiendo bastantes céntimos de euro por el camino. Todo lo contrario acontece si optas por pagar en la divisa original.

Se trata de una transacción que cada vez se permite más. Sin embargo, antes debes saber si merecerá la pena o no. Para ello basta con hacer uso de un buen conversor de divisas.

Estamos ante otro tipo de conversión online que, a diario, se utiliza mucho. En esta ocasión no basta solamente con introducir la cantidad, sino que adicionalmente debe seleccionarse la divisa original y la que será obtenida.

Para ello, los conversores en línea suelen incluir desplegables. Así resulta fácil y rápido seleccionar ambas divisas. Una característica muy positiva de dichas herramientas de Internet se resume en que están siempre actualizadas.

Es decir, la equivalencia en dólares, pesos mexicanos, euros, yenes y demás siempre es precisa, obteniéndola en base al valor que actualmente tienen ambas monedas.

Ficheros multimedia y de otros tipos
 
Aunque los reproductores y sistemas digitales en general han progresado mucho en las últimas décadas, sigue habiendo incompatibilidades. Así lo demuestran aquellos formatos que, por unos u otros motivos, no son reproducibles en determinados sistemas.

Ello no tiene por qué acarrear el hecho de quedarse sin disfrutar de dichos archivos. Todo lo contrario. Basta solamente con efectuar una conversión.

A diferencia de las que hemos detallado en anteriores párrafos, en este caso sí estamos ante un procedimiento que puede acarrear varios minutos. La cifra de tiempo varía en función de los megabytes que ocupe el fichero en cuestión.

Por ejemplo, un documento de texto o incluso una fotografía se convierten a otro formato en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo contrario sucede si se pretende cambiar el formato de un archivo de vídeo de 500MB o más.

Aun así, merece mucho la pena teniendo en cuenta la versatilidad que ofrecen este tipo de herramientas. Y es que suelen aparecer todos los formatos existentes, dando pie a que cada usuario elija el más conveniente en base a sus necesidades.

Algunos conversores online respetan la calidad originaria de los ficheros, sea cual sea. Es decir, a pesar de aplicarse un cambio de formato, ello no conlleva ningún tipo de compresión.