El próximo 17 de octubre, el Museo Naval de Madrid vuelve a abrir sus puertas tras dos años de una profunda rehabilitación y modernización. Muchas de las más brillantes páginas de la historia de España, y algunas de las más decisivas de la historia de la humanidad, se han escrito sobre las cubiertas de los buques de la Armada.
Es por ello que la exposición permanente del Museo Naval, a través de sus salas, propone realizar un recorrido por la historia naval española, desde finales de la Edad Media hasta la actualidad, para dar a conocer la contribución de la Armada al progreso social, cultural, económico, militar y científico de España y del mundo.
El Museo, ubicado en el Cuartel General de la Armada en Madrid, presentaba una museografía y unos espacios que adolecían de problemas derivados del paso del tiempo. El deterioro de muchos de ellos, así como la necesidad de adaptación a los nuevos usos museísticos del siglo XXI, impulsaron un proceso de renovación basado en dos elementos fundamentales: el público y las colecciones.
Con el objetivo de facilitar la visita al Museo se ha trabajado, por un lado, en la mejora de la accesibilidad y la dotación de nuevos espacios de recepción al visitante. Mientras, en el ámbito de las colecciones, se han implementado nuevos sistemas de conservación y se ha llevado a cabo una reordenación del discurso expositivo para poder transmitir de una manera más clara sus contenidos.
Iniciada en 2018, la obra del Museo Naval se ha extendido durante dos años, dando como resultado un museo renovado en el que las colecciones, sin duda uno de los mayores tesoros de la Armada, ceden una parte del protagonismo poniéndose al servicio de la propia historia de España en la mar.
De esta forma se pretende que, cuando el visitante termine su recorrido, no solo haya disfrutado y aprendido, sino también, que recuerde que pertenece a una nación secular cuya Armada lleva ocho siglos al servicio de España.
Escalera de acceso al museo
Reforma arquitectónica y adecuación de salas
Historia del Museo
A lo largo de su historia, el Museo Naval ha recorrido distintas sedes hasta llegar a su emplazamiento actual en el Cuartel General de la Armada. La primera, en 1843, fue el Palacio de los Consejos de la calle Mayor, pasando muy poco después a la desaparecida Casa del Platero, y en 1853 al Palacio de los Ministerios, antigua residencia de Godoy situada en la plaza de la Marina Española, que albergaba también al Ministerio de Marina.
En 1915 se decidió la construcción de una nueva sede ministerial, que fue proyectada por los arquitectos Francisco Javier Luque y José Espelius en estilo ecléctico. El museo quedó instalado en la primera planta del nuevo edificio, alrededor de dos grandes patios interiores cubiertos por vidrieras. El arquitecto Miguel Durán fue el encargado del acondicionamiento del nuevo espacio expositivo, que quedó inaugurado el 12 de octubre de 1932. El contralmirante Julio Guillén Tato, su director entre 1933 y 1972 (excepto entre 1936 y 1941), se encargó de la implantación del nuevo Museo, siguiendo en su diseño las principales novedades museográficas de la época y consiguiendo dar el impulso definitivo a la institución.
En 1976, la construcción de un edificio anexo para la ampliación del Cuartel General de la Armada permitió trasladar la zona de oficinas, talleres y biblioteca al nuevo emplazamiento y ampliar la superficie expositiva del museo al doble del espacio original. En 1992, el contralmirante José Ignacio González-Aller, director del museo entre 1991 y 2000, emprendió una última reforma que supuso una nueva reestructuración de la exposición permanente.
La intervención se ejecutó en dos fases, la primera concluida en 1994, y la segunda en el año 1999, ambas inauguradas por los Reyes de España, y permitió una nueva ampliación del espacio expositivo, la mejora del control de las condiciones ambientales de luz, temperatura y humedad y la disminución de la contaminación ambiental y acústica en las salas.
La última remodelación
En septiembre de 2018, el Museo Naval cerró las salas de su exposición permanente para acometer la adecuación y modernización de sus instalaciones. El Museo debía adaptarse a las necesidades de accesibilidad universal en algunas zonas, como los aseos y algunos puntos de las salas de la colección permanente. En cuanto a la distribución espacial, la ordenación del discurso resultaba confusa en algunas zonas, debido al sistema de circulación y a la ubicación de las piezas en el espacio.
La obra de la nueva entrada supuso, además, la disminución del espacio expositivo, lo cual obligaba aún más al replanteo del discurso. Por su parte, la conservación de las colecciones se había degradado por el deterioro causado por el paso del tiempo.
El proceso de renovación ha sido acometido en diversas fases y en los distintos espacios del Museo, afectando a la totalidad de su superficie expositiva, con la excepción de la sala de exposiciones temporales, que no ha precisado intervención. El cierre total del Museo por el Estado de Alarma como consecuencia del COVID-19, en marzo de este año, hizo necesario replantear algunas de las acciones previstas en el proceso de renovación y, al mismo tiempo, incorporar los nuevos protocolos de seguridad sanitaria implementados en edificios públicos.
Cubo de cristal
Principales novedades
Entrada accesible La obra del nuevo acceso para el Museo Naval de Madrid ha sido financiada entre el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que a través del 1,5% Cultural, aportó el 53% del presupuesto, el Ministerio de Defensa, que asumió el 30%, y la Fundación Museo Naval, que financió el 17% restante. Realizado en el marco del Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico, el proyecto fue adjudicado a la empresa GEOCISA. GEOTECNIA Y CIMIENTOS, S.A y ha tenido como objetivo subsanar los problemas de accesibilidad y funcionamiento que presentaba la anterior entrada al Museo.
La nueva entrada se encuentra situada en Paseo del Prado, nº 3, en una puerta contigua al antiguo acceso. El proyecto incluye una nueva escalera para acceder al Museo realizada en madera, que imita la quilla y las cuadernas de un barco en construcción, y que invita al visitante a subir para descubrir su interior. El cuerpo de la escalera está cubierto por una campana de cristal que evita la circulación de aire desde el vestíbulo a las salas, ayudando a la climatización del Museo y a la protección contra incendios.
La escalera comunica tres plantas (la planta cero, la entreplanta y la planta uno), todas conectadas a su vez por un ascensor adaptado, que permite el acceso al museo a personas con movilidad reducida.
El nuevo vestíbulo de entrada, dividido en dos plantas, cuenta, en la planta cero, con un nuevo hall, que ha supuesto una importante ampliación del espacio de acogida, lo que garantiza una mejor distribución. Se ha renovado también el punto de atención al visitante y el sistema de entradas. En la entreplanta se ubica la tienda, que también ha sido ampliada y renovada, y un mirador que ofrece una vista sobre el hall.
Nuevo sistema de colgadores
La nueva ubicación y organización de las piezas es el resultado de un detallado estudio de las colecciones. Se ha llevado a cabo una reordenación de las piezas en sala, se han establecido nuevas divisiones espaciales y se ha modificado el recorrido, tomando como punto de referencia la propia arquitectura del edificio.
Renovación de las vitrinas
En pro de mejorar la conservación de las colecciones se dispuso la contratación de la empresa SIT PROYECTOS, DISEÑO Y CONSERVACIÓN, S.L. para la renovación de algunas de las vitrinas expositivas del museo, respetando el mobiliario expositivo existente, que dota al Museo de un carácter romántico muy reconocible por los visitantes.
Las nuevas vitrinas cuentan con una estética muy limpia, atendiendo a los criterios de conservación y seguridad de las colecciones, a la solidez y facilidad de mantenimiento y a un diseño acorde con el contenedor y con las piezas expuestas. Su construcción, de estructura metálica, asegura su perfecta estabilidad e indeformabilidad, que se ve reforzada por vidrios laminados de seguridad.
La Exposición Permanente
Un discurso renovado
Las colecciones del Museo Naval son reflejo de la historia naval española por lo que, al recorrer sus salas, los visitantes podrán conocer, además de los principales personajes e hitos de la historia naval, los diferentes tipos de embarcaciones y sistemas de construcción naval, los avances científicos en la navegación y sus ciencias afines, como la cartografía o la astronomía, las armas y enseres propios de la vida a bordo, los descubrimientos y expediciones españolas durante la Edad Moderna y la evolución de la propia Armada a lo largo de sus ocho siglos de historia.
La nueva exposición permanente del Museo Naval estructura su discurso en dos grandes niveles de información. El primer nivel está conformado por seis grandes unidades, que siguen un recorrido cronológico desde la Edad Media a la actualidad, y por cinco espacios monográficos. El segundo nivel, supone una novedad en el discurso del Museo y está compuesto por siete itinerarios transversales que pretenden facilitar la comprensión de la evolución de ciertas facetas a lo largo del recorrido histórico y, con ello, mejorar la lectura de las colecciones.
Al tratarse de un museo histórico, que pretende transmitir la historia de la navegación española y de la Armada como institución, se ha potenciado la propuesta de recorrido cronológico de la antigua exposición, integrando en cada período histórico aspectos tan importantes como la evolución de las ciencias náuticas, las exploraciones o la cartografía, que antes se exponían en salas monográficas. En la misma línea de continuidad, se han conservado los apartados monográficos dedicados a temas específicos, que buscan analizar de manera más pormenorizada algunos aspectos concretos de esta evolución histórica.
Fragata de Nuestra Señora de las Mercedes
El recorrido cronológico
El eje principal del discurso mantiene una lectura cronológica de las colecciones, tomando como punto de partida las marinas medievales de Aragón y Castilla y proponiendo un recorrido por los episodios más destacados de la historia naval española y la evolución de la Armada hasta la actualidad.
1. La mar en la génesis de España. Siglos XIII al XV
La experiencia marítima acumulada por Aragón en su expansión por el Mediterráneo y por Castilla en su avance para culminar la Reconquista, junto a los avances técnicos en la construcción naval y el progreso en la ciencia de la navegación, abrieron la puerta a la exploración oceánica y sentaron las bases del gran desarrollo naval que vivieron España y Europa en los siglos siguientes.
2. La era de los descubrimientos. Siglos XV y XVI
El descubrimiento de América por Cristóbal Colón y la primera vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano, supusieron los dos principales hitos en la historia de la navegación de los siglos XV y XVI y tuvieron como resultado una expansión de la Corona española sin precedentes. La Casa de la Contratación de Sevilla se encargó de la supervisión de la navegación hacia América y de la enseñanza de las ciencias geográficas y náuticas, cuyo desarrollo en esta época situó a la Corona castellana a la cabeza de Europa en el estudio de estas ciencias.
La era de los descubrimientos
3. Donde nunca se pone el sol. Siglos XVI y XVII
Los siglos XVI y XVII estuvieron marcados por la lucha contra la expansión otomana en el Mediterráneo, las guerras de religión en Europa, la constante rivalidad con Francia y la amenaza naval de Inglaterra y Holanda. En ese escenario, la mar, como único camino que unía el centro de poder con los vastos territorios de ultramar, se convirtió en el eje central del Imperio Hispánico, donde grandes marinos como Álvaro de Bazán escribieron algunas de las mejores páginas de nuestra historia.
4. La creación de la Real Armada. Siglo XVIII
Tras la Guerra de Sucesión, la nueva dinastía borbónica impulsó el desarrollo de la Armada creando la Real Compañía de Guardias Marinas, los Departamentos Marítimos con sus correspondientes arsenales y las instituciones científicas, que contribuirían a devolver el esplendor a una España plenamente integrada en el fenómeno europeo de la Ilustración. En este proceso brillaron con luz propia hombres de estado como Patiño, héroes como Blas de Lezo y marinos científicos como Jorge Juan.
5. El fin de un imperio. Siglo XIX
Las repercusiones de la alianza con la Francia napoleónica contra Inglaterra y la guerra de la Independencia contra Francia significaron el fin de España como potencia marítima, facilitando la emancipación de los territorios de la América continental. En las décadas siguientes, los conflictos políticos y las guerras civiles acentuaron la decadencia de los Arsenales, y a pesar de los ocasionales éxitos de almirantes como Méndez Núñez en el Pacífico, el siglo terminaría con la pérdida de los últimos territorios españoles en América y las Filipinas.
Recuperación de la Armada
6. La recuperación de la Armada. Siglos XX y XXI
Los esfuerzos realizados para rehabilitar la Armada a principios del siglo XX quedaron paralizados por la Guerra Civil, a la que siguió un largo período de escasez de recursos y aislamiento internacional. Durante la segunda mitad del siglo, España fue recuperándose del retraso económico e industrial, lográndose una progresiva modernización de la Armada ligada al desarrollo de su industria naval y recobrando el lugar que le corresponde en el concierto de las naciones con su integración en la OTAN y la UE.