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LAS CRISIS SE FABRICAN

El caso Skripal puso al rojo vivo la relación de Putin con Trump y May

La Bolsa rusa y el rublo se hundieron tras las sanciones. Estados Unidos, Francia y Reino responderán a Siria por el ataque químico. Crisis sobre las brasas del caso Sergei Skripa y su hija Julia.

Hechosdehoy / Melvin Mañón
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No hubo, ni tampoco hay, una sola razón por la cual Rusia necesitara, debiera o estuviera dispuesta a producir el asesinato de Skripal. Un exagente de inteligencia que ya había estado prisionero y que carecía de valor de “inteligencia” para ellos no solamente porque todo lo que tenía que decir ya lo había dicho sino porque Rusia  no era tan imbécil como para ignorar que un caso así serviría para incriminarla con razón o sin ella.

Como señala Felipe Ciprian en su artículo, ¿debemos suponer que los servicios rusos son tan chapuceros que no fueron capaces de instrumentar un asesinato? O  por el contrario, esa muerte ha servido para otros propósitos y claramente en un homicidio lo primero que debe buscarse es a quien beneficia.

El Partido Conservador de Inglaterra, presionado por la extrema derecha y al calor de una manipulación mediática extensa propuso en 2015  y perdió el referéndum que debía decidir la permanencia o salida de Inglaterra de la Unión Europea. Ese fracaso forzó la renuncia del entonces primer ministro David Cameron sustituido poco después por Theresa May.

Se estableció un calendario para proceder a la salida y negociar cuatro de los aspectos principales de la misma. Buscando asegurar mas control y autoridad, Theresa May propuso una elección en junio de 2017 pero el electorado le dio la espalda y en lugar de fortalecer a los conservadores, favoreció a los laboristas y a su nuevo líder Jeremy Corbyn quien había empezado a rescatar el laborismo de las manos de tipos como Tony Blair relanzando además la oposición del electorado ingles a las políticas derechistas y neoliberales implantadas desde los tiempos de Margaret Thatcher.  La votación resultó pues un fracaso político importante para Theresa May, la hundió y la despojó de la mayoría que tenía en el parlamento.

En julio del mismo año de 2017, la Grenfeld Tower un enorme edificio de apartamentos para gente pobre en Londres se incendió y murieron mas de 70 personas. El desastre puso de manifiesto la precariedad, las malas condiciones de seguridad prevalecientes y la pobre respuesta de las autoridades con lo cual se produjeron protestas públicas y un escándalo que deterioró aun mas la reputación del gobierno conservador.

Añadiendo a lo anterior, en enero de 2018, tras innumerables quejas, reclamos y denuncias estalla la crisis en el Sistema Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) una institución de la cual los ingleses se habían sentido orgullosos pero que venida a menos y con numerosos fracasos en su haber, fue vinculada con la pertenencia a la Unión Europea y así mismo con la gestión conservadora.

Estos tres escándalos, sin contar la obscena venta de armas a Arabia Saudí, su asistencia en el bombardeo de civiles en Yemen y otras barbaridades  han salpicado la gestión de Theresa May en el plano local. Mientras que todas las propuestas presentadas y difundidas por su gobierno para negociar la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea han resultado inaceptables para Bruselas agravando así no solamente el costo a pagar por Inglaterra para salir de esta sino también poniendo en peligro el calendario acordado. Y llevando a la sociedad inglesa un nivel de confusión sin precedentes sobre la materia hasta tal punto que su renuncia ha sido solicitada, una y otra vez, tanto por los conservadores de su propio partido como por las otras dos formaciones colocadas a la derecha del Partido Conservador donde están Nigel Farage en una y Boris Johnson en la otra.

En ese contexto interno es cuando esa misma Theresa May lanza contra Rusia la acusación de haber envenenado a Skripal y a su hija quienes vivían en Salisbury. La prensa reproduce y amplia la denuncia. Se forma el coro convenido y la misma Theresa May decreta sanciones contra Rusia y expulsa el primer grupo de diplomáticos. El gobierno inglés admite haber decretado sanciones y expulsiones antes de conocer los resultados finales de la investigación porque supuestamente no hacen falta.

Trump, con sus propios problemas internos y ya entregado al control del Estado Profundo decide apoyar a Inglaterra y ambos ponen presión sobre todos los demás para que hagan lo mismo. Por supuesto que tienen razones -pero otras- para culpar a Rusia y a Putin, pero de eso me ocuparé en otro artículo.

Rusia responde negando los cargos, lo cual hubiera hecho de cualquier manera aunque hubiera sido culpable pero, el asunto que desafía el sentido común y desacredita mas de lo que ya está la gran prensa es que no hay una sola prueba ni razón, una sola, que May, Trump ni nadie haya sido capaz de invocar para explicar la acción que le atribuyen al gobierno ruso. Entonces, ¿por qué lo acusan? En primer lugar, para Theresa May encubrir sus propios fracasos internos y externos. En segundo lugar porque así conviene a los intereses que juegan a la guerra en todas partes y quienes necesitan mantener viva la amenaza rusa y el peligro de guerra porque si no: ¿como podrían justificar la magnitud del gasto militar cuando la gente se muere de enfermedades curables, vive en chozas, carece de comida y educación y la infraestructura del país se cae en pedazos?

Todos los dominicanos pudieran y debieran verse en este ejemplo y como, con cuanta eficiencia, a que costo tan bajo un gobierno encubre sus fracasos, sus delitos y sus crímenes inventándose una crisis, fabricando expedientes contra haitianos y el nieto de Trujillo.

¿Donde está ODEBRECHT y todos los demás casos? Bien gracias.
 
PS: Después de haber escrito y enviado este artículo, se produjeron las declaraciones de Gary Aikenhead director de Porton Down, the Defence Science and Technology Laboratory in the UK justo antes de una reunion urgida por Rusia de la Organisation for the Prohibition of Chemical Weapons (OPCW) que desmienten las afirmaciones tan categóricas como falsas emitidas por Boris Jonhson culpando a Rusia de haber envenenado a Skripal sin disponer de la evidencia necesaria. Ahora, que empieza a despejarse la niebla y la conjura política se aclara dos preguntas resultan inaplazables:
 
1.- Cual es el papel de la gran prensa que repitió como papagayo toda la basura de Jonhson sin ni siquiera requerirle evidencia para sustentarla o paciencia para esperar los resultados de laboratorio.

2.- Donde quedan los Jefes de Estado que, presionados por Reino Unido y Estados Unidos en la crisis fabricada produjeron la expulsión de mas de 150 diplomáticos rusos en mas de 23 países como sanción por un hecho cuya ocurrencia y culpabilidad ni se había demostrado y ahora queda claramente soslayada.  ¿Son jefes de estado o payasos?
 
 

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