Actuando sin ningún tipo de pudor e incluso con ostentación. El presidente del Gobierno no tuvo ningún reparo para utilizar el Super Puma y el Falcon para ir a un concierto de Serrat en Barcelona.
En absoluto planificó su agenda para desplazarse en el AVE. Tampoco se arriesgó a viajar en avión comercial por temor a ser increpado. Simplemente echó mano del avión presidencial y del helicóptero Super Puma para hacer un simple viaje de Madrid a Barcelona.
Esta vez no se desplazaba a una reunión con su socio de referencia, Esquerra Republicana o un acto de su partido. Viajó exclusivamente a Barcelona para asistir a un concierto de Joan Manuel Serrat.
Movilizó al ministro de Deportes Miquel Iceta para estar en el concierto junto a la consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Natalia Garriga.
No hizo ningún ahorro en gastos de combustible para hacer un viaje de apenas 600 Km. Concretamente el modelo de Falcon que utiliza el Gobierno de España consume 1041 litros de queroseno y emite dos toneladas de CO2 por hora de viaje. El trayecto en avión entre Madrid y Barcelona tiene una duración de 1 hora y 15 minutos.