Fin amargo a un largo culebrón financiero que dejó heridas y daños. ¿Cómo un nombramiento tan realmente decisivo pudo resultar fallido? De repente se vivió un terremoto em el banco. Una historia larga de cuchillos que acabó con sentencia final.
El juzgado de Primera Instancia número 46 de Madrid ha condenado al Banco Santander a indemnizar con 68 millones de euros al banquero italiano Andrea Orcel por su fichaje frustrado como consejero delegado de la entidad española.
En la sentencia, el juez atiende la demanda de Orcel, que poco antes del juicio decidió rebajar la cantidad inicial solicitada, 112 millones de euros, así como renunciar a su principal pretensión, ser nombrado "número dos" del banco.
El italiano, ahora consejero delegado de Unicredit, acusaba al Santander de incumplir un contrato que la entidad, sin embargo, no reconocía al estar condicionado a varios requisitos que, posteriormente, no se cumplieron.
Serio revés para Ana Botín. El juez Javier Sánchez Beltrán condenó al banco presidido por Ana Botín a abonar al actual consejero delegado de Unicredit 17 millones de euros en concepto de bonus de incorporación; 35 millones por incentivos a largo plazo; 5,8 millones por dos anualidades; y 10 millones en concepto de indemnización por daños morales y reputacionales.
El juez condena también al Banco Santander al pago de las costas. Acaba así el juicio financiero del año. Le ha supuesto a Ana Botín tener que declarar en el proceso como testigo. Y ha abierto interrogantes sobre la política de nombramientos y gobierno corporativo del Banco Santander.