Plasmó la sobriedad de Juan Carlos I y Sofía, y retrató la finura de Adolfo Suárez, el presidente del gran legado. Retrató con una luz y fuerza profunda. Sus imágenes adquirieron, y mantuvieron, una vida serena.
Luego quiso avanzar para interrogar en el retrato. Surgieron los retratos psicológicos de los grandes hombres de la economía, la política y la cultura española. ABC, EL País, El País Semanal y El Semanal, los medios que reflejaron la personalidad del hombre que retrató la edad de oro de la democracia, los años del consenso y el diálogo. Del momento en que España acuñó un modelo político que se proyecto en América.
En el último tramo de su vida, Alberto vivió con infinita tristeza la muerte de su mujer, Mercedes Casla en agosto de 2013. Formaban una pareja unida por su amor a la cultura y los libros.
Y asistió al instante emocionante de la entrada de su obra en el Museo del Prado. Premio Nacional de Fotografía en 2013 logró su sueño particular. Quiso ser el primero, y lo consiguió. Con su sencillez y llaneza, logró que su mensaje llegara a las nuevas generaciones. Que la fotografía es tan importante como la pintura o la escultura.
Alberto fue un joven precoz en su amor a la fotografía. Se lo inclucó su padre, Alberto Schommer Koch. Pero sus coordenadas las situó en el grupo AFAL (Agrupación Fotográfica de Almería), sintiéndose próximo a Joan Colom, Gabriel Cualladó, Ramón Masats y Oriol Maspons.
Deja una obra extensa de viajero, conocedor de culturas, siguiendo los cerrojos que descorría Juan Carlos I en la proyección de España al exterior. Miraba intensamente y escuchaba. Actuó con elegancia y generosidad. No buscó nunca la vanidad. Su obra fue seria y concienzuda. Son retratos que le han trascendido. Que reflejan lo que el siempre buscó. La verdad que se ocultaba, las preguntas que surgían en cada esquina.
Adiós al hombre que vivió, y retrató, la edad de oro de la democracia.
– Ver en Hechos de Hoy, Rupert Murdoch, polémico nuevo dueño de National Geographic.