Al Pacino no piensa todavía en bajar el telón. Es más, a sus 74 años estrena dos películas, y afirma tener todavía ese "apetito" necesario para seguir haciendo cine. "Mi avión todavía no aterrizará", aseguró en el Festival de Venecia.
al que llegó muy bien acompañado de su novia, Lucila Sola, de 35 años. La pareja, pese a la gran diferencia de edad, lleva una relación estable desde hace cuatro años.
En las dos películas presentadas en La Mostra, al actor se le ve arruinado, desaliñado y demacrado. Sin embargo, en la rueda de prensa previa a los dos estrenos del sábado lucía como la estrella que es. Vestido de negro, con el cabello alborotado y gafas de sol, dijo que puede identificarse con deseo del personaje de La humillación de meterse en los rigores de la actuación, pero aseguró que no ha pedido su apetito por la profesión.
"Cuando te haces mayor necesitas sentir ´deseo´, tener ´apetito´ para seguir trabajando", afirmó Al Pacino, cuyo deseo de llevar a la gran pantalla La humillación, la novela de Philip Roth, le llevó a contactar con Barry Levinson ("Rain Man") para dirigir la película.
La humillación, que en Venecia se mostró fuera de concurso y que adapta libremente el guionista de El graduado Buck Henry, fue la más aplaudida de las dos películas de Al Pacino presentadas en Venecia. Se centra en un actor mayor que pierde la capacidad de actuar. Sin familia ni amigos, su vida no va más allá de los escenarios y cae en una depresión de la que sale aferrándose a la hija de unos amigos, una joven lesbiana (Greta Gerwig) que estaba enamorada de él de pequeña.
A Al Pacino le pareció todo un reto interpretar a un actor que envejece y su trágico declive, sobre todo si se hace con humor como se consigue en esta película, que él mismo definió como tragicomedia. Al echar la vista atrás, Pacino aseguró ante los periodistas que no lamenta nada, pues considera que su vida ha sido afortunada, sobre todo porque ha podido encontrar una profesión que realmente le gusta.
Considerado uno de los mejores de su generación y con títulos de peso a sus espaldas como El Padrino o Esencia de mujer -por la que ganó el Oscar-, Al Pacino habló de su satisfacción por poder hacer películas con las que se siente identificado, aunque tampoco reniega de sus trabajos más comerciales. Lo importante es la conexión con el personaje, aseguró el actor.
El mismo sábado, Al Pacino volvió a la alfombra roja de Venecia para defender Manglehorn, de David Gordon Green, que sí compite por el León de Oro. En esta ocasión encarna a un cerrajero encerrado en su propio pasado, en un amor de juventud al que sigue escribiendo a pesar de que le devuelvan todas sus cartas. Solitario y amargado deja que la vida se le escape. La película no fue demasiado bien recibida, no tanto como La humillación.
"Y Hollywood?, le preguntaron a Pacino. "Nunca sé lo que ha sido", señaló el actor neoyorquino. "Hollywood ha cambiado. No por ideología, sino porque la economía ha cambiado", aseguró el actor. "No es mejor ni peor, es así", concluyó antes de dejar claro que no piensa en retirarse y que "he estado en esto mucho tiempo y por el momento, el avión no aterrizará".