Analistas económicos, expertos en cuestiones eslavas, gurús y bancos de inversión avanzaron el error de Vladimir Putin de lanzar una operación relámpago para tomar Ucrania en tres días. Putin soñó con emular a Hitler en su ataque sobre Polonia.
La ofensiva fracasó desvelando carnicerías de las tropas rusas como la de Bucha. La primera parte de la guerra fue fallida para el Kremlin. Ahora está en juego el avance de Ucrania hacia el mar Negro en una operación que busca la expulsión total de Ucrania de las tropas invasoras y los efectivos que ya estaban acantonados en la península de Crimea.
¿Qué escenarios se abren en el Kremlin donde ya se especula abiertamente sobre la caída de Putin y el fin del putinismo en la Federación Rusa.
El exembajador de Estados Unidos en Rusia durante los años 2012 a 2014, Michael McFaul, quién además conoce muy bien a Putin, habló con el medio estadounidense NPR, y aseguró que es muy difícil que el mandatario ruso “acepte una derrota”.
“Él doblará la apuesta, luchará hasta el final, incluso podría usar armas nucleares”, vaticinó, McFaul. Sin embargo, el exembajador cree que poner fin a la guerra cuanto antes, podría ser el movimiento estratégicamente más favorable para Putin.
“Trágicamente, y cuando digo esto quiero enfatizar en esa palabra ´trágicamente´, si él dijera: ‘Está bien, terminé. Déjenme tener el Donbas y Crimea´, los lugares que básicamente estaba controlando antes de que invadiera nuevamente en febrero. Creo que habrá muchos líderes en todo el mundo que podrían apoyarlo”, aseguró McFaul.
Pero diplomático estadounidense cree también que la decisión de retirarse de Ucrania también sería bien recibida por los ciudadanos rusos. A pesar de que, si bien es cierto que hay una parte significativa de la población rusa que apoya la guerra, la gran mayoría de los rusos son ambivalentes con respecto a los objetivos de Putin.
“Creo que la gran mayoría de la gente en Rusia es apolítica, no les importa esta guerra”, dijo McFaul. “El argumento a favor no es convincente para ellos. Entonces, para que él diga: ‘Misión completada, no necesitamos que sus hijos mueran en esta guerra’, mi predicción es que la gran mayoría lo respaldaría”, aseguró McFaul.
Pero existe a la vez el clima de un golpe de Estado contra Putin.
“Estás viendo señales, son señales pequeñas, no debemos exagerarlas, pero me sorprende lo mucho que ha sucedido en las últimas 48 horas”, dijo McFaul.
Atención en Moscú a dos movimientos. El líder checheno Ramzan Kadyrov y el oligarca Yevgeny Prigozhin ridiculizaron la maquinaria bélica rusa en público, algo que que socava el relato del Kremlin.
Kadyrov, cercano a Putin desde que su padre y expresidente de Chechenia, Akhmad, muriera en un atentado bomba en 2004 en Grozny, sugirió que Rusia debería considerar el uso de una pequeña arma nuclear táctica en Ucrania como respuesta a dicha pérdida.
Su desprecio público a los altos generales rusos fue adenás un aldabonazo.
“El nepotismo en el ejército no conducirá a nada bueno. El comandante de las fuerzas rusas en la zona debería ser despojado de sus medallas y enviado al frente con una pistola para lavar su vergüenza con sangre”.
Este desprecio público por los generales que dirigen la guerra de Rusia es significativo porque indica el nivel de frustración dentro de la élite de Putin sobre la dirección de la guerra. Muestra además la fuerte tensión entre Putin y el Estado Mayor.
Prigozhin por su parte, líder de la organización paramilitar privada Wagner Group, expresó su apoyo al sentimiento de Kadyrov.
“La declaración expresiva de Kadyrov, no está del todo dentro de mi estilo. Pero puedo decirle, Ramzan, eres una estrella, ¡dilo como es!” dijo Prigozhin.
“No estaban hablando de esa manera en febrero”, dijo McFaul. “Si eso es lo que se dice en público, solo puedo imaginar lo que las élites dicen en privado hoy en Moscú”.
¿Cuáles son las próximas claves? ¿En qué posición quedarán los cuatros poderosos lobbys de servicios secretos? ¿Qué papel van a desempeñar el grupo de coroneles disidentes y las dos grandes organizaciones antiputinistas? ¿Cual será la posición final del Estado Mayor?
Es el momento en Moscú de los grandes interrogantes.