Tras la petición del gobernador del estado de Florida Rick Scott, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió aprobar este domingo la declaración del estado de desastre en Florida ante el paso del huracán Irma.
Dicha declaración permitirá la liberación de fondos estatales para entregar ayuda a los damnificados y para respaldar las tareas de reconstrucción y reparación de infraestructuras. Trump también afirmó este mismo domingo que viajará "muy pronto" a Florida, según informó el diario estadounidense The Hill.
El ciclón se acerca a la ciudad de Tampa, en Florida, en su avance hacia el norte de ese estado, pero pierde fuerza y, al menos, bajó a categoría 1 (de un máximo de 5). Así informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos que al mismo tiempo precisó que Irma se hallaba a unas 20 millas (30 kilómetros) de Lakeland y a unas 25 millas (40 kilómetros) de Tampa, la mayor ciudad en la bahía del mismo nombre, donde viven unos cuatro millones de personas, en la costa oeste floridana.
La principal preocupación ahora está en la subida del nivel del mar que pudiera provocar el ciclón al convertirse en tormenta tropical. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) reiteró la advertencia y volvió a recordar que la mitad de las muertes relacionadas con tormentas tropicales en los últimos 50 años se deben a las marejadas ciclónicas y las crecidas del nivel del agua que provocan.
La fuerza del huracán Irma dejó sin electricidad a casi 3,5 millones de personas en Florida, un 34,74 % del total tras tocar tierra el domingo por la mañana en los Cayos, el extremo sur del estado. Monroe es el condado que más cortes eléctricos sufrió dejando un 83 % de los clientes sin abastecimiento.
En total, la tormenta tropical dejó 3 fallecidos en Florida, 3,5 millones de personas sin electricidad, un total de 6,5 millones de evacuados y una gran devastación con calles inundadas, carreteras inhabilitadas, árboles arrancados y coches arrastrados.