"Si quiero, tomo Kiew en dos semanas". La frase, según el diario italiano La Repubblica se la dijo el presidente Vladimir Putin en una conversación telefónica con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, quien habría informado al respecto a los principales líderes europeos. Durao Barroso había expresado el pasado viernes a Putin, su "firme condena" y su "profunda preocupación" por la incursión militar rusa en Ucrania denunciada por Kiev, y le instó a revertir este camino.

La situación es cada vez más insostenible y la escalada de violencia en el este del país es alarmante. Este lunes, las tropas ucranianas entregaron a los separatistas el aeropuerto clave de Lugansk tras una dura y larga batalla por el recinto. Mientras, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko acusó a Moscú de "agresión directa y abierta" contra Ucrania desde un país vecino. "Esto ha cambiado la situación en la zona de conflicto de manera radical", denunció.

Al este de Donetsk, cientos de sus soldados se encuentran cercados desde hace días por separatistas apoyados por Rusia. El Ejército ucraniano ha impuesto un apagón informativo sobre la situación en Ilovaysk para facilitar la retirada de sus fuerzas.

Este domingo, Putin aludió por primera vez a la posibilidad de que las regiones separatistas del este de Ucrania obtengan una categoría de Estado, cuyo término no definió, pese a las presiones de los occidentales.

“Debemos empezar inmediatamente conversaciones sustanciales sobre cuestiones de organización política de la sociedad y sobre la categoría de Estado del sureste de Ucrania con el objetivo de proteger los intereses legítimos de sus habitantes ”, dijo Putin en un programa de televisión ruso.

Estas declaraciones provocaron de inmediato una fuerte reacción internacional, que evaluó que esa posibilidad planteada por Putin debilita a Kiev. Quizás esa fue una de las razones por las cuales horas después, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, matizó las declaraciones de Putin, al considerar que no se trataba de dar el estatuto de Estado a las regiones rebeldes sino que Ucrania debía “tomar en cuenta los intereses de Novorossia”.