La escudería Ferrari, y Fernando Alonso, se encuentran muy molestos por el adelantamiento realizado por el piloto de Red Bull, y de nuevo campeón del mundo, Sebastian Vettel, que rebasó al Toro Rosso de Jean-Éric Vergne en un momento de la última prueba del Mundial de Fórmula 1 en Interlagos en el que se había mostrado bandera amarilla en la pista y, por tanto, esta maniobra no se podía llevar a cabo. A pesar de su incidente en la salida, que le relegó al último lugar, Vettel terminó sexto en Brasil y consiguió su tercer título consecutivo en la especialidad, como destacó Hechos de Hoy.

El equipo italiano tiene unos días para presentar alegación ante la FIA. Todo el equipo considera que Red Bull se vio favorecido por una grave error de los jueces. Sin embargo, también hay escepticismo sobre si la federación tomará alguna decisión al respecto.

Si se hubiera aplicado la sanción en carrera, Vettel podría haber caído al octavo lugar, puesto que le habría hecho perder el campeonato. Si ahora la FIA le impusiera 20 segundos de castigo, la competición daría un vuelco y el título acabaría en manos de Fernando Alonso. 

"No tengo milagros. Yo hago de las leyes correctas mis milagros", escribió el piloto español en su cuenta de Twitter. Ni él ni su entorno parecen muy esperanzados por lo que pueda deparar el futuro. Ferrari está molesta con lo que considera otro agravio dentro de una temporada en la que, a su parecer, Red Bull ha cometido infracciones sin sanción correspondiente.

A este respecto, no olvidan el bloqueo del líder de Red Bull a Alonso en Suzuka. Podían haber penalizado a Vettel con 10 puestos en la parrilla, pero todo quedó finalmente en una advertencia verbal. Ahora es la FIA la que debe tomar partido ante el nuevo caso, pero pocos creen que vaya a tener valor para alterar el resultado final.

El adelantamiento polémico