Felicidad en el diario El Mundo y entre los miembros de la tribu de la prensa impresa en el regreso a la libertad de Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova tras haber sido secuestrados por milicianos de la facción de Al Qaeda denominada ISIS (Estado Islámico de Irak y Levante) -como informó Hechos de Hoy-. Su puesta en libertad se produce tras la del enviado especial de El Periódico de Catalunya, Marc Marginedas, liberado el pasado 2 de marzo.
En el escenario de la guerra civil siria hay 30 periodistas secuestrados, de los que al menos nueve son extranjeros. En todo 2013 se registraron 48 secuestros en el país. Desde el estallido de las revueltas contra Bachar El Asad, en marzo de 2011, 25 informadores profesionales han sido asesinados, entre ellos Marie Colvin y Remi Ochlik, muertos en Homs, situación que vivió dramáticamente de cerca Javier Espinosa.
En la base aérea de Torrejón de Ardoz les esperaron la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría; Félix Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia (los servicios secretos españoles) (CNI); y el director y el exdirector de El Mundo, Casimiro García-Abadillo y Pedro J. Ramírez. Para Pedrojota, con sentimientos encontrados tras su reciente cese, fue un domingo feliz, de orgullo por el reconocimiento a una información libre, y de gran satisfacción personal y agradecimiento por la solidaridad y los esfuerzos para estas liberaciones.
La misión de Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova nunca fue fácil y debe ser reconocida por sus riesgos y peligros, para contar y retratar -en el escenario de uno de los mayores dramas en la historia de Oriente Medio– el fragor de sufrimiento, odio y muerte de inocentes en que se convirtió la guerra civil siria. Hombres y mujeres, niños y ancianos son los mártires de esta guerra de bandas contra bandas. Nunca es opción no leer, no ver y no saber.
Javier y Ricardo, con el peso de la palabra y la fuerza de las imágenes han iluminado con fuerza el drama que mueve a compasión de la matanza siria. Agradecimiento primero para ellos por su coraje de informar y saber -que mueve a compadecer- y gestión eficaz de quienes ayudaron a su regreso a la libertad, cumpliendo estrictamente con su obligación.
