La Casa Blanca contra el Congreso (Cámara de Representantes y Senado). Partido Republicano frente a Partido Demócrata. Barack Obama, at ataque. En juego el final de sus ocho años de presidencia, pero también las próximas presidenciales.

El presidente no sólo lucha por sus ideales, el legado y cómo quedará su nombre en la historia de los Estados Unidos como primer presidente negro. También lo hace por la saga de los Clinton, el Partido Demócrata y que en su sucesión llegue a la Casa Blanca una mujer, Hillary Clinton, y se complete el proceso de cambio histórico.

El Partido Republicano plantó cara al presidente no en el escenario de la inmigración (por temor al castigo del voto latino, el nuevo lobby en Estados Unidos -frente a lo que fue el judío y el saudí-) sino en el de la reforma sanitaria. “La Administración ha abusado repetidamente de su poder usando las acciones ejecutivas para sustituir a la legislación”, dice la demanda en un juzgado federal de Washington contra los departamentos de Salud y Tesoro.

"Una y otra vez, el presidente ha optado por ignorar la voluntad del pueblo estadounidense y de volver a escribir la ley federal por su cuenta sin el voto del Congreso”, apuntó el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner. En su comunicado a la nación aseguró que la Cámara de Representantes “tiene la obligación de defender” la separación de poderes fijada en la Constitución.

Atención a la nueva etapa que se abre en Washington. En 2010 el Partido Republicano se hizo con el control de la Cámara de Representantes. Desde 2006, el Partido Demócrata tenía el control del Senado. Ahora lo perdió Desde enero de 2015, el Partido Republicano dominará todo el Congreso –Cámara de Representantes y Senado-. Este escenario de empantanamiento llevó a Barack Obama a tomar medidas unilaterales para evitar la deportación de cinco millones de inmigrantes.

El presidente advirtió que está dispuesto a seguir tomando acciones unilaterales hasta el fin de su mandato en la Casa Blanca. El Partido Republicano respondió con su ofensiva sobre lo que califica, en apelativo despectivo, de Obamacare. La líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, respondió con indignación a los republicanos. Tachó de “inmerecida” la denuncia advirtiendo que es una cesión a los “extremistas”. "Están hambrientos por un impeachment” -el proceso de destitución de un presidente- dijo Nancy Pelosi.

En el ambiente político de Washington -y es la sensación en medios diplomáticos de la Unión Europea como recogió Hechos de Hoy– todos pueden cometer errores fatales. Barack Obama se arriesga a un final de mandato de frustración, impotencia y humillación. Pero a su vez el Partido Republicano puede pagar muy caro su desafío en las próximas presidenciales con un voto de castigo latino que supondría división y derrota perdiendo por primera vez un rol de primera línea en la política de Estados Unidos. Las líneas de esta primera batalla, y quizás la guerra total, están ya marcadas.