En la visión de la mirada general, victoria de Susana Díaz y derrota de Mariano Rajoy. El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) resistió con 47 escaños y podrá gobernar con pactos puntuales. El PP (Partido Popular) sufrió un batacazo en todas sus líneas. El bipartidismo sufrió una crisis total en su ala derecha. Podemos llega, y preocupa, y éxito extraordinario de Albert Rivera, la marca Ciudadanos y lo que es la marea naranja.

Sobre el significado de lo sucedido el domingo 22 en España, en las elecciones autonómicas anticipadas celebradas en Andalucía, cuatro reflexiones: en el plano político; sobre la inversión extranjera en España; el fenómeno de un movimiento nacido en Internet; y el dramático escenario socioeconómico que asusta y es inadmisible tanto en España como en la Unión Europea.

1. La ruptura del bipartidismo nacido en la Transición

1. El llamado bipartidismo, o bipartidismo imperfecto como lo hemos conocido desde la Transición -PP y PSOE más IU y los partidos nacionalistas de Ciu y PNV-, llegó al comienzo de su fin. Susana Díaz mantuvo al PSOE como primera fuerza. Pero se hundieron el PP e Izquierda Unida ante la irrupción de Podemos y Ciudadanos, las dos nuevas fuerzas políticas que irrumpen por primera vez en el Parlamento de Andalucía. 

Podemos avanzó sobre Izquierda Unida. A su vez Ciudadanos fagocitó al partido de Rosa Díez, UPyD, y recibió masiva fuga de votos de PP.

Andalucía vive en España una situación como la de Baviera en Alemania. Son fortines inexpugnable de la izquierda socialdemócrata (PSOE) y la CSU, el ala más a la derecha de la CDU, los conservadores alemanes, el gran partido democristiano. Ambos reinan ininterrumpidamente desde hace décadas.

No se puede por tanto proyectar totalmente estos resultados sobre España pero deberían encender todas las alarmas sobre Mariano Rajoy y el marianismo, su forma de hacer política. Si el PP se derrumba en las elecciones locales y autonómicas del 24 de mayo, se abrirá un escenario muy candente.

2. Podemos abre el riesgo de la inseguridad jurídica.

Podemos y Ciudadanos son ya dos nuevas fuerzas políticas en España, con 15 y 9 diputados, respectivamente, en el Parlamento de Andalucía.

Este dato sí se proyectará a nivel local y autonómico, y en las generales que cerrarán este crítico 2015. Se puede abrir un escenario difícil en España, de complejidad en la gestión política y la gobernanza. Preocupa que se frenen las reformas así como el programa de volantazo de extrema izquierda que plantea Podemos.

A los inversores internacionales, y las multinacionales presentes en España, esta situación inquieta (ver en Hechos de Hoy, Comienza el fin bipartidista PSOE-PP, el árbitro Rivera, y preocupa Podemos),

3. El éxito impresionante de la marea naranja.

Indudablemente Susana Díaz salió reforzada. Quienes auguraron su traspiés se precipitaron. La derrota de Mariano Rajoy no se puede obviar ni ocultar, ni tampoco minimizar. El PP pasó de los 50 escaños a los 33, la menor representación desde 1990.

Hubo un castigo a la gestión económica y política del Gobierno, al liderazgo de Mariano Rajoy (que no ensancha la marca de su formación desde que llegó a La Moncloa) y a la debilidad del candidato, Juan Manuel Moreno Bonilla. Fue un desastre en todas las líneas.

En Andalucía, Pablo Iglesias no logró para la marca de extrema izquierda de Podemos el éxito total al que aspiraba. El PSOE fue un dique eficaz. Izquierda Unida retrocedió sin embargo ante el avance de Podemos.

En este escenario, el éxito ha sido el de Ciudadanos, Albert Rivera, y el significado de la marea naranja. Se impuso un movimiento de ilusión y cambio sensato. El salto de Cataluña a Andalucía es inédito en la historia política de España. En Sanlúcar de Barrameda se aplica la colaboración política entre PSOE y Ciudadanos. En la nueva escena que se abre en Andalucía, en manos de Albert Rivera va estar la llave de la gobernanza.

Ciudadanos está ahora bajo todas las luces, con sed de conocer más de su programa, sus ideales, y su nervio de regeneración sin precedentes.

– Indicadores que son intolerables en la Unión.

Las elecciones deben poner fin a la efervescencia política. Susana Díaz logró revalidar su liderazgo en las urnas. Tiene ya la fuerza política y moral. Por lo que su misión resulta urgente y le exige plena dedicación desde el primer momento. La comunidad vive un paro que es un escándalo. Se situó en el 34,2% al cierre de 2014, diez puntos por encima de la media nacional, con un desempleo juvenil del 62%.

Se vive igualmente una situación sin precedentes de corrupción política. Hay más de 1.000 personas imputadas -entre ellos, los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán-. Se han acumulado los casos del desvío de los fondos de formación, los ERE fraudulentos, las facturas falsas pagadas por la Junta a UGT y el caso Invercaria.

En una seria reflexión, y sincera desde el primer momento, Susana Díaz debe abordar con liderazgo pleno y sin demagogia la lucha contra indicadores que son intolerables en España y la propia Unión Europea. Será su mejor contribución para Andalucía y el mejor servicio a su partido y la causa de las reformas, que no deben cesar, y a la gobernanza en España.