El Hospital Gemelli es ampliamente conocido por ser el centro donde fue operado San Juan Pablo II (1978-2005) y posteriormente el lugar donde vivió, el final de su pontificado, la fase última de su enfermedad y su muerte.
Francisco no es un enfermo cualquiera. El propio Papa ha revelado numerosos detalles inéditos de sus enfermedades anteriores en una larga entrevista para el libro La salud de los Papas del argentino Nelson Castro. Además de los conocidos problemas de pulmón, ha sufrido achaques de vesícula, corazón y la llamada “neurosis ansiosa” (querer hacer todo ya y ahora). El libro incluso revela datos sobre sus problemas de columna y la ciática que padece en la actualidad. No hay que olvidar que al Papa le extirparon un lóbulo del pulmón derecho a los 21 años.
Al Papa se le vio bien este domingo 4 en la hora del Angelus. Pero más delgado por la dieta a la que ha sido sometido de forma estricta. La estenosis diverticular que padece el Papa es una dolencia que puede generar complicaciones con dolores agudos. La intervención no es compleja y de buen pronóstico.
Pero la dolencia del Papa debe ser tratada con detalle, apuntó Renzo Schalling, Director Médico de Primer Nivel de Endoscopia en el hospital de Vimercate, de Roma.
“Los divertículos del colon son protuberancias que pueden pasar desapercibidas sin causar alteraciones, aunque en ocasiones pueden generar complicaciones al paciente”, precisó.
Una de las posibles complicaciones, manifestó “es que las inflamaciones pueden volverse algo así como cicatrices en el colon, que conducen a estrechamientos que son precisamente las estenosis internas”. Es justo la situación del Papa.
Estos estrechamientos pueden dar lugar a trastornos por lo que hablamos de una “enfermedad diverticular complicada por dolor, alteraciones en la regularidad intestinal u otros”, indicó.
En fuentes vaticanistas se subrayó el buen momento del Papa y su agenda intensa. Pero hay prudencia a la forma en que se produzca su recuperación y su evolución que necesitará cuidados y atención. Esta operación de Francisco se produce en un momento de extrema debilidad del papa emérito Benedicto XVI cuya salud, a sus 94 años, se va apagando lentamente pero de forma inexorable.
En varias ocasiones el papa Francisco ha revelado a su círculo más próximo que en el momento en que se vea seriamente mermado en sus condiciones de salud daría el mismo paso que Benedicto XVI.