El actor que encargó a Tiburón, uno de los villanos más recordados del cine en La espía que me amó (1977) y Moonraker (1979), dos películas de James Bond protagonizadas por Roger Moore, falleció este jueves en Fresno (Estados Unidos) a los 74 años.
Con 2,20 metros de altura, el actor se había roto la pierna esta misma semana, aunque este hecho podría no haber contribuido a su fallecimiento. Así al menos es lo que segura el portal TMZ, especializado en información sobre celebrities. Kiel habría cumplido 75 años este mismo sábado.
El apodado Tiburón, un asesino con dientes de acero y con una fuerza descomunal, se convirtió en una figura tan carismática entre los espectadores que los guionistas de James Bond quisieron hacerle más amigable en el segundo largometraje en el que apareció. El espía que me amó se estrenó dos años después del estreno de Tiburón, la película de Steven Spielberg.
Anteriormente a convertirse en el villano de Bond, Kiel adquirió cierto protagonismo por sus papeles en El clan de los rompehuesos, junto a Burt Reynolds, y en la serie The Wild Wild West, como mano derecha del malvado de la función. Por su parte, las generaciones más jóvenes conocieron a Kiel gracias a su participación en la comedia de Adam Sandler Terminagolf.
Su estatura y sus características físicas venían por una enfermedad que padecía: acromegalia, una afección poco frecuente que se presenta cuando la hipófisis produce demasiada hormona del crecimiento. Entre sus obras más recordadas figuran Silver Streak (1976), El jinete pálido (1985), Inspector Gadget (1999) y la cinta de animación Enredados (2010).
Asimismo, también estuvo presente en la televisión con algunas intervenciones como Twilight Zone o The Monkees y apariciones esporádicas en Lassie, The Man From U.N.C.L.E., Gilligan´s Island, I Spy o Starsky & Hutch. Su autobiografía se publicó en 2002 bajo el nombre Making It Big in the Movies.