La canciller alemana, Angela Merkel, intentó este sábado calmar las crecientes críticas a su política de puertas abiertas hacia los refugiados, insistiendo en que la mayoría de los inmigrantes procedentes de Siria e Irak regresarán a sus países cuando hayan acabado los conflictos bélicos.
En un acto de la CDU en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, la canciller dijo que, pese a los esfuerzos para integrar y ayudar a los refugiados, éstos habían recibido un estatus de residencia temporal. "Necesitamos decir a la gente que se trata de un estatus temporal de residencia y esperamos que cuando haya paz de nuevo en Siria, cuando el Estado Islámico haya sido derrotado en Irak, regresen a sus países con el conocimiento que hayan adquirido", dijo.
Merkel aseguró que pese a los esfuerzos para integrar y ayudar a los refugiados, es importante destacar que éstos habían recibido un estatus de residencia temporal. La canciller, que está cada vez más aislada en su política migratoria, ha resistido las presiones de algunos conservadores para limitar la entrada de refugiados o para cerrar las fronteras.
Según una encuesta publicada por el semanario Focus, un 40% de los encuestados considera que Merkel debe dimitir, frente a un 45,2% que se pronunciaron en sentido contrario.
Merkel ha perdido el apoyo de los suyos por la creciente preocupación sobre cómo logrará Alemania integrar a los 1,1 millones de inmigrantes que llegaron el año pasado, mientras el delito y la seguridad también están en el punto de mira después de una ola de ataques organizados contra mujeres en Colonia durante la celebración de Año Nuevo.
En su intento de convencer a sus colegas de partido, Merkel recordó que el 70% de los refugiados que huyeron a Alemania desde la ex Yugoslavia en los años 90 han regresado a sus lugares de origen.