Ya son más de 100.000 los kurdos que huyen en un dramático éxodo desde Siria hacia Turquía para evitar la muerte a manos de los milicianos del Estado Islámico (EI o ISIS). Los datos fueron presentados este lunes por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). "En lugar de una guerra esto es genocidio. Los milicianos entran en las aldeas, degüellan a una o dos personas y muestran sus cabezas a los habitantes", denunció un integrante del partido prokurdo HDP.

Ante esta situación, hombres, mujeres y niños desafían la sed y las dificultades de todo tipo, y cargados con lo imprescindible, intentan ponerse a salvo ante el avance de los yihadistas y sus atroces violaciones a los derechos humanos en los territorios bajo su control. El gobierno turco confirmó la llegada de 100.000 refugiados, según aseguró Melissa Fleming, portavoz de Acnur. Algunas fuentes DE Ankara cifran ya en 130.000 los kurdos sirios que han pasado la frontera.

Turquía ordenó el viernes la apertura de sus pasos fronterizos para permitir la entrada de los refugiados sirios. La mayoría de ellos abandonaron sus hogares en la ciudad de Ain al-Arab y los alrededores, acechada por los yihadistas de Estado Islámico que ejecutan indiscriminadamente a personas de todas las edades.

En tanto, el prohibido Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una de las principales formaciones políticas de esta etnia, llamó a los kurdos de Turquía a unirse a la lucha contra los milicianos del EI o ISIS en Siria. Muchos temen que se produzca una nueva matanza como la de Srebrenica de los años 90.

Por su parte, Estado Islámico realizó este lunes un llamamiento a sus milicianos y seguidores para que maten "del modo que sea" a ciudadanos estadounidenses, europeos y de los países que apoyan la coalición militar en su contra en Irak y Siria, al tiempo que advirtió a estas naciones de que pagarán un "alto precio" por sus ataques.