Pasan los días y las incógnitas sobre la desaparición de Diana Quer, que no da señales de vida desde que se perdiera su pista en A Pobra do Caramiñal (A Coruña) hace 11 días, son mayores.
Después de que un juez retirara a la madre de Diana la custodia de su hija menor Valeria, de 16 años, algo que ya indicó Hechos de Hoy, el padre de ambas lamentó que la decisión llegaba “muy tarde”. Juan Carlos Quer también ha revelado en varias entrevistas televisivas que sus hijas ”no estaban bien con su madre“ y que él solamente recibía de las dos jóvenes “llamadas de socorro”.
El padre mantiene que no sólo su hija desaparecida, sino también su hermana menor, atravesaban una “situación límite” en la relación con su madre, y que Diana se encontraba en un momento “especialmente vulnerable”.
Asimismo, el padre de Diana y Valeria asegura que la información que recibía de su exesposa respecto de sus hijas era “inexistente” e insinuó que Diana López-Pinel no ha facilitado sus encuentros con sus dos hijas desde que se divorcioran, lo que “por desgracia”, provocó que hubiera muy poco contando con ellas.
Juan Carlos Quer confesó ante los medios que “las circunstancias del divorcio han sido terribles”, pero pidió centrarse en la búsqueda de su hija, insinuando que en otro momento se pronunciaríá sobre su divorcio y la custodia de las niñas.
Por su parte, Diana López-Pinel, la madre de Diana Quer, afirma estar “bastante hundida, triste y destrozada”, después de la decisión judicial de retirarle cautelarmente la custodia de su hija menor. López-Pinel asegura no obstante que, pese a todo, se encuentra “con fe en Dios”.
Aunque rechaza “entrar” a responder a “los comentarios” de su exmarido, emitió una carta a los medios de comunicación para expresar “desde lo más hondo” de su corazón la “tristeza” que siente, motivada principalmente por la desaparición de su hija y por la “angustia y sufrimiento” que ello le provoca.