Las vacaciones, la piscina, la playa y el sol son los protagonistas del momento en vísperas del 15 de agosto. Sin embargo, ¿queremos que se conviertan en nuestros antagonistas este verano?
Esto es algo que puede ocurrir si no nos cuidamos del sol, ya que es ahora cuando sus rayos son más perjudiciales y peligrosos para nuestra salud, y en especial, para nuestra piel. Esto puede acarrear problemas tanto visibles como no visibles a corto y largo plazo:
Golpe de calor e insolación: Es una respuesta del organismo debido al excesivo ardor del sol sobre la cabeza. Provoca síntomas como náuseas, vómitos, dolor de cabeza, quemazón en la piel y alteración de las fibras musculares.
Aunque es más frecuente, un golpe de calor no tiene por qué darse exclusivamente cuando se está expuesto al sol, sino también por la combinación de altas temperaturas, humedad y poca ventilación.
Daños oculares: Si no se protegen los ojos de forma correcta, esto supondrá un riesgo a la hora de exponer la retina a la intensa luz solar y producir daños muy importantes, entre ellos un aumento significativo de la probabilidad de desarrollar cataratas.
Quemaduras solares: La exposición intensa y repetida a la luz UV resulta en quemaduras por el sol, que provocan el enrojecimiento de la piel, que además de adolorida, se siente caliente al tacto y aparece a las pocas horas de demasiada exposición a los rayos ultravioleta del sol.
Uno de los principales problemas de estas quemaduras es el aumento del riesgo de daños en la piel, como manchas, piel seca o arrugada y otros que mencionaremos más adelante.
Envejecimiento temprano de la piel: El sol provoca el 90% de los síntomas de envejecimiento de la piel, ya que los efectos de los rayos UV una vez penetran hasta la dermis, son acumulativos.
Esto se refleja en deterioro del colágeno y la elastina, lo que facilita la aparición de arrugas, manchas y la pérdida de elasticidad de la piel.
Tumores en la piel: Este es uno de los problemas a largo plazo que puede provocar el sol en nuestra salud, ya que los rayos UV tienen una gran capacidad para penetrar en los tejidos, y aunque la mayoría de las células dañadas por el sol se reparan y terminan desapareciendo, algunas permanecen en la piel y a con el paso del tiempo pueden convertirse en células cancerosas. Por ello, es muy importante examinar tu piel y estar pendiente de la aparición de posibles lunares y manchas.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, sin embargo, un tercio de los cánceres diagnosticados en España, son de piel, lo que puede deberse a un desconocimiento de la forma correcta de tratarla y protegerla.
Por ello, Homedoctor quiere recordar una serie de medidas sencillas de protección para que los problemas de salud provocados por el sol no interrumpan tu verano:
- Evitar la exposición prolongada al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas)
- Proteger la zona de la cabeza utilizando sombreros o gorras para evitar una insolación
- Proteger los ojos utilizando gafas de sol homologadas que filtren más del 90 % de la radiación ultravioleta.
- Aplicar protección solar en cantidades generosas 30 minutos antes de la exposición al sol. Debe tener un factor elevado y adecuado al tipo de piel, la zona del cuerpo y la edad.
- Evitar la exposición al sol sobre y en el agua, ya que la radiación puede penetrar hasta un metro en el agua clara.
- Evitar la exposición al sol en zonas más elevadas, ya que, a más altura, más riesgos de quemaduras. Cada 300 metros, aumenta un 4 % el poder de las radiaciones ultravioletas.
En el caso de sufrir alguno de los problemas mencionados anteriormente, Homedoctor pone a sus profesionales a tu disposición las 24 horas del día para atenderte evitan do traslados al hospital en menos de 1 minuto.
