España es un país donde el mantenimiento del césped es complicado, especialmente cuando llegan los meses de junio a septiembre, donde la humedad ambiente desciende notablemente, haciendo que aparezcan calvas y zonas secas. En países como Irlanda o Reino Unido, donde las lluvias naturales y la humedad relativa del ambiente es mayor, el mantenimiento de zonas de césped es relativamente sencillo y de resultados óptimos.
 
El césped artificial se inventó inicialmente para zonas deportivas y espacios públicos que querían un resultado eficiente y de bajo mantenimiento, y ha trascendido a los usos privados como una alternativa seria a las zonas de césped natural. Últimamente se han buscado además soluciones mucho más vistosas para los jardines y espacios privados, tanto que apenas se distinguen a simple vista de las naturales, pero con innumerables ventajas.
 
Por de pronto, se trata de una cobertura ecológica que previene además el consumo excesivo de agua, lo que redunda en nuestro contador y la factura a final de mes. Por otra parte, al ser un material sintético, previene la aparición de hongos que puedan perjudicar a los usuarios en los entornos en, por ejemplo, ajardinamientos de piscinas.
 
Otra ventaja es que nos ahorramos el corte y el abono, esos mantenimientos que exigen dinero y esfuerzo.
 
Pero tiene otras muchas ventajas, como la estética de los diseños que con césped natural no se podrán conseguir, como ajedrezados, curvas o lomas difíciles de lograr con césped natural, todo lo cual requiere que dispongamos de más consejos para el cuidado del césped.
 
Pero también podemos además lograr disponer de zonas de césped donde el natural no podría sembrarse nunca. Por ejemplo, azoteas o terrazas, o sobre zonas de aparcamiento, recuperando como zona de esparcimiento áreas que nunca podrían haber sido tratadas con césped en nuestros diseños de ajardinamiento.
 
Uno de los éxitos de este tipo de césped artificial es el efecto que se logra al combinarlo con plantas naturales en parterres o rocallas, logrando un efecto naturalizado sumamente acertado que hace que nuestros jardines alcancen grandes cotas de perfección y belleza.