Comenzó el martes más largo de la Unión Europea. Lo hizo con serenidad y vísperas de campanillas (ver en Hechos de Hoy, Merkel y Hollande urgen a Tsipras un acuerdo final con la Unión Europea).
El primero en definirse con claridad fue Jean-Claude Juncker. De entrada, avanzó en el Parlamento Europeo que no puede producirse un acuerdo exprés. Es evidente, por la complejidad de la crisis grega y su impacto financiero.
Sin embargo se expresó con claridad. “Estoy en contra de la salida de Grecia del euro”, afirmó. Reconoció a la vez que hay un debate en estos momentos en la Unión Europea sobre Grecia, el de quienes piden romper y su salida, y los que defienden su plena permanencia.
"En Europa, las respuestas simples generalmente son equivocadas: la salida de Grecia es un error, y asimismo un acuerdo hoy sería demasiado sencillo. Hay que negociar por etapas para conseguir un pacto”, dijo Juncker. Matizó su posición, que en su momento recibió críticas, y respondió al clima emocional en torno al referéndum.
“El no griego no es un no a Europa, no es un no al euro: es un no a una propuesta que ya estaba superada. Tsipras tiene que explicarnos qué significa el resultado”. aseveró el presidente de la Comisión Europea.