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POLÉMICA MISIÓN

Las razones del rechazo a las propuestas del FMI a la República Dominicana

Es sorprendente que el FMI no recomendara reducir el endeudamiento externo y la alta dependencia por ocho años del Gobierno del PLD en la República Dominicana.

Hechosdehoy / Eduardo J. Tejera (*)
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Después de la evaluación anual de nuestra economía por parte de la Misión del FMI, acaban de emitir su informe de análisis y recomendación de medidas a tomar. Ha sido decepcionante el examen poco profundo de la economía y de los sectores que la componen, y las simplistas recomendaciones. La Misión del FMI ha presentado un paquete nada aceptable para el país, su sociedad y la economía. Personalmente rechazo las recomendaciones de la Misión del FMI, por considerarlas dañinas a la economía y a la paz social del país.

Me parece una gran miopía del FMI proponer recetas desfasadas de los 1980´s, como pedir otro, el séptimo, aumento de los impuestos, aumentar la tarifa eléctrica al costo combustible e indexarla automáticamente y eliminar las exenciones de las leyes de incentivos al desarrollo y ampliar la base del ITIBIS. Y de paso piden una devaluación progresiva de la tasa de cambio. Esas recetas difícilmente serán aceptada en el país, por socialmente injustas, inflacionarias, y anti desarrollo. Por el exceso de fiscalismo, no deben tocarse las leyes de desarrollo, en la cuales descansa nuestro crecimiento y la creación de empleos. Sería la línea de menor esfuerzo.

El FMI debió ser más creativo e incisivo, más profundo. Se esperaba que pidiera una notable reducción de los gastos en nóminas y clientelismo, el exceso de centros, institutos y organismos del Estado que duplican sus funciones, y que bien podrían eliminarse, fusionarse para reestructurar y achicar el hipertrofiado tamaño del Estado. No entiendo cómo solicitar al ciudadano que pague más impuestos, con un Estado derrochador y clientelista, lleno de nóminas parasitarias políticas, eso sin contar la corrupción y sobre precios de obras. Antes de pedir más impuestos hay que reformar el gasto público, reducirlo, bajar nóminas, eliminar botellas (1) y ser más eficiente y ejecutar una reforma del Estado imperial que tenemos y crece por día.

Sería más perjudicial y quizás inviable que se le eliminen los incentivos fiscales al turismo, las exportaciones, a pro-industria, las zonas francas, ampliar la base y gravar con ITIBIS la canasta básica familiar de los más pobres y la clase media. Sería un gran abuso y anti social para el consumidor. De inmediato tampoco se pueden duplicar las tarifas eléctricas, sin que se realice el Pacto Eléctrico, se instalen las dos plantas a carbón, instalen y mejoren más las líneas de transmisión y se reforme y mejore la administración de las Distribuidoras. Las Distribuidoras requieren de una auditoria y evaluación independiente no interesada. Toda esta ineficiencia, no se le puede cargar al consumidor residencial-industrial-comercial. Sería inaceptable.

La solución no es seguir financiando un Gobierno fiscalmente ineficiente-deficitario y clientelista, sobre la base de más impuestos, más parches tributarios y el aumento de la deuda pública, sino lo necesario es reformar las políticas económicas del Estado. Me es sorprendente que el FMI no recomendara reducir el endeudamiento externo y la alta dependencia por ocho años del Gobierno del PLD de nuevos préstamos y bonos externos e internos, para financiar el déficit fiscal y los altos gastos corrientes.

El FMI solo mencionó el tema de la deuda, de manera suave, aunque si parece que le preocupa a mediano plazo. Estoy seguro que el FMI sabe que el endeudamiento público es insostenible. Tenemos que recordar que el servicio de la deuda pública absorbe el 45 % de los ingresos tributarios, y eso es alarmante y al ritmo que va el Gobierno en pocos años llegaremos a la línea roja de 55% o más de los ingresos.

Respecto al gasto público es hora de revisar y eliminar los excesivos gastos del Congreso y sus barrilitos y cofrecitos, las Altas Cortes y sus gastos lujosos y el llamado gasto social de tarjetas de solidaridad, bonos y otros, otorgado por el Gabinete Social, manejado políticamente por la Vice Presidencia, no un organismo autónomo y apolítico, como en Estados Unidos, Europa, Brasil y mayoría de países. Ahí no hay transparencia, ni operativa, ni económica. Y se ha convertido en un instrumento clientelar político que llega a cerca de 2 millones de habitantes.

Este país no necesita más impuestos ni medidas que agraven el alto costo de la vida, para la inmensa mayoría de la población. Esa receta ha fracasado en el pasado. Al revés, el Gobierno debe apoyar y estimular con incentivos y una política monetaria flexible y los más bajos intereses posibles, al sector privado productivo, el turismo y las zonas francas, las exportaciones y aumentar el consumo de la clase media y los sectores de más bajos ingreso. Tenemos que marchar hacia delante, no para atrás.


(*) Eduardo J. Tejera es graduado de licenciatura y doctorado en economía por la American University, en Washington, D. C. Trabajó en la República Dominicana en el Banco Central, como Asesor Económico y Subgerente Técnico Financiero de 1971 a 976. Fue Director Ejecutivo de CEDOPEX, actual CEI-RD, en el periodo de 1983 a 1986. Exembajador en Canadá, es autor de artículos y libros de historia y economía.

– Ver en Hechos de Hoy, Danilo Medina, en la ruta peligrosa de Grecia con los presupuestos.

(1) Botella: Empleo, generalmente del sector público, conseguido a través del tráfico de influencias y al que a veces el empleado no asiste aunque cobra su sueldo.
 

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