Sorpresa primero, luego enfado y al final berrinche. El martes 28 quedará marcado como el día en que se conoció de forma oficial que Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, está siendo investigada. La cuestión de Palestina, de la que informó Hechos de Hoy, pasó a segundo plano.
Begoña Gómez, en primer plano
La Policía Judicial comunicó el pasado 24 de abril a Begoña Gómez su condición de investigada.
Ese mismo día, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, amagó con dimitir y abrió sorpresivamente un periodo de cinco días de reflexión para sopesar una posible renuncia.
La reacción de Sánchez se conoció horas después de que trascendiera que el juez Juan Carlos Peinado había admitido la denuncia de Manos Limpias.
La Policía Judicial ejecutó el mandato de Peinado y comunicó a Begoña Gómez, a través de su abogado, Antonio Camacho, su condición de investigada.
El secretario judicial del juzgado de Peinado, haciéndose eco de su decisión de abrir diligencias, deja claro que “se dirige la investigación contra la persona de Begoña Gómez” como “posible partícipe en los hechos investigados, que pudieran ser constitutivos de un delito de tráfico de influencias y de un delito de corrupción en los negocios, sin perjuicio de que, del resultado de las investigaciones que se lleven a cabo, resulten partícipes otras personas”.