Este lunes, 1 de febrero, se reúne en Ginebra el Comité Internacional de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para determinar si el brote del virus zika constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional.
La OMS recordó que en mayo de 2015 Brasil reportó su primer caso del virus zika y que desde entonces la enfermedad se ha diseminado dentro de Brasil y de otros muchos países de la región.
La llegada de este virus se ha asociado en algunos países al nacimiento de bebés con microcefalia y la Organización Mundial de la Salud señala que si bien no se ha constatado una relación causal entre la infección por el virus zika y la aparición de defectos congénitos y síndromes neurológicos, se sospecha que podría existir.
Por este motivo, afirma la directora general de la OMS, Margaret Chan, el nivel de alarma es "extremadamente alto", lo que hace que la OMS esté "profundamente preocupada", principalmente por cuatro razones: posible asociación de la infección con malformaciones congénitas y síndromes neurológicos; potencial de propagación internacional dada la amplia distribución geográfica del mosquito vector; falta de inmunidad de la población en las zonas recientemente afectadas, y ausencia de vacunas, tratamientos específicos y pruebas de diagnóstico rápido.
