Segunda gran conmoción en medios económicos en España con la muerte de Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, días después del infarto que acabó con la vida de Emilio Botín, presidente del Banco Santander.
Isidoro Álvarez, de 79 años, fue ingresado el pasado miércoles en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid por una insuficiencia respiratoria. El Corte Inglés informó en su momento que fue ingresado de urgencia a las cuatro de la madrugada por un cuadro de insuficiencia respiratoria. El Corte Inglés anunció este domingo, con dolor y con pesar, su fallecimiento.
Su última aparición pública tuvo lugar el pasado 31 de agosto, en la junta general de accionistas del grupo. Entonces era apreciable su delicado estado de salud. Isidoro Álvarez, también presidente del Patronato de la Fundación Ramón Areces, estaba considerado uno de los grandes expertos españoles en distribución comercial. Nacido en Borondes, Asturias (España) en 1935, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, era un hombre de acción e intuiciones, con una lúcida visión empresarial.
Se incorporó a la cadena a los 18 años y en 1959 fue nombrado consejero de la sociedad y de Induyco, empresa filial dedicada a la confección textil. Tras el fallecimiento de Ramón Areces, el 2 de agosto de 1989, fue nombrado presidente de El Corte Inglés. Recientemente, como destacó Hechos de Hoy, El Corte Inglés fichó a Manuel Pizarro como adjunto a la presidencia del grupo, un cargo de nueva creación en la compañía y con el que se pretendía reforzar el equipo financiero del holding. El pasado año, Isidoro Álvarez designó como director general de la compañía a su sobrino Dimas Gimeno.
Vinculado durante toda su vida a la compañía fundada por su tío, el empresario Ramón Areces, Isidoro Álvarez ha hecho de El Corte Inglés un referente mundial en el sector del comercio. En la actualidad El Corte Inglés, hasta ahora presente únicamente en España y Portugal, ha iniciado su expansión internacional en el Reino Unido, Holanda e Irlanda vía internet, con el foco puesto en los turistas que visitan el país y en la promoción exterior de marcas españolas. La muerte de Isidoro Álvarez abre la gran sucesión en el grupo, estando toda la atención en el rol que pueda asumir Manuel Pizarro.
Su muerte, tras la reciente de Emilio Botín, tiene un gran significado. Alumbra el fin de una era en la vida económica, política y social en España. Un proceso amplio que comenzó con la abdicación de Juan Carlos I y el momento de convulsiones y expectativas tras los comicios al Parlamento Europeo.