Científicos de Corea del Sur descubrieron en los últimos días una molécula que podría eliminar las proteínas que, según se cree, contribuyen al desarrollo del Alzheimer. Esto sin duda es para muchos un avance totalmente importante en la lucha y batalla contra las enfermedades neurodegenerativas.
La investigación, publicada en la prestigiosa revista británica Nature y desarrollada en Seúl por expertos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea (KIST), logró romper depósitos de proteínas beta-amiloides alojados en las neuronas de cerebros de ratones que presentaban síntomas de padecer Alzheimer.
“El estudio es conocido y fue publicado recientemente en la revista Nature, por lo que no puede dudarse de su seriedad”, sostiene el médico platense Diego Sarasola, especialista jerarquizado en Psiquiatría y Psicología Médica, aunque aclara de todos modos que por el momento “hay que ser muy cauteloso de los alcances”.
Según el experto, “los depósitos de proteína amiloide, son uno de los elementos en juego en la enfermedad de Alzheimer, aunque no el único. Y no tenemos elementos aunque nos permitan afirmar que quitar el amiloide curara la enfermedad. Ya en el pasado se probaron en ratones, modos de quitar el amiloide del cerebro, pero después los resultados no pudieron replicarse exitosamente, de allí la cautela”.
Muchos tratamientos nuevos, hay que decir, intentan detener la formación de esta placas, pero resulta más difícil eliminar las placas ya existentes Una de las señales tempranas que alerta sobre el desarrollo de esta enfermedad es la aparición de fragmentos de beta-amiloides en el cerebro.
Estas proteínas “pegajosas”, según las describe Nature en un comunicado, se aglutinan para formar “placas” y podrían ser responsables del deterioro que sufren las células cerebrales en los pacientes con Alzheimer. “Muchos tratamientos nuevos intentan detener la formación de esta placas, pero resulta más difícil eliminar las placas ya existentes”, explicó.
Para su investigación, los expertos del KIST efectuaron una serie de experimentos con grupos formados por entre ocho y 11 ratones cada uno, a los que se dio de beber agua a la que se añadió una “molécula pequeña” identificada como EPPS. Tras su ingesta, este elemento no solo rompe las proteínas beta-amiloides, sino que su uso en un tratamiento médico también ayuda a mejorar los problemas de aprendizaje y de memoria en los roedores enfermos de Alzheimer.
Otros investigadores ya habían estudiado en el pasado esta molécula, pero nunca hasta ahora se había podido demostrar su valor para “curar en animales síntomas relacionados con la demencia”. Aunque se desconoce aún el funcionamiento del mecanismo por el que la EPPS elimina las beta-amiloides, este hallazgo podría ayudar a diseñar nuevos tratamientos clínicos para diferentes etapas de desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. “Es necesario llevar a cabo más estudios para determinar si estos resultados podrán llevarse a la clínica y para evaluar la seguridad y eficacia de este nuevo tratamiento”, concluye el informe.
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